Monday, December 21, 2015

Monday, December 21 MIRACLE IN RAMA 1 Samuel 1:24-28

Monday, December 21
MIRACLE IN RAMA
1 Samuel 1:24-28


“The Lord kills and brings to life;
He brings down to Sheol and raises up.”

1 Samuel 2:6

Hannah’s faith and generosity are the prototype of Mary’s, who gives her son to the service of the Father, even without entirely understanding the meaning of her gesture.

In her prayer Hannah had asked the LORD to remember her, to not forget her, to give her a son (1:11). On finally achieving her desire of maternity, the sacred author considers that God “has remembered” Hannah. And then comes the moment to complete what Hannah has promised: to consecrate him to the LORD. It might seem illogical to give him up after having obtained and so wanted a son.

After having weaned him, Hannah parts with Samuel; and Samuel must never know any home other than the house of the LORD in Shiloh.  

On putting herself totally in the hands of God, and by trusting him, Hannah’s piety and generosity dazzles with internal light, even though life had treated her severely. God takes time in his own measure, but never fails.

Samuel’s arrival was delayed, like all great things in life, but God fulfilled Hannah’s petition.

Prayer:  Lord, like Hannah I wait to find favor before your eyes.

Translated by John Walter

MILAGRO EN RAMÁ
1 Samuel 1:24-28


“El Señor da la vida, y la quita;
nos lleva al sepulcro, y nos rescata de él”

1 Samuel 2:6

La fe y el desprendimiento de Ana son el prototipo de los de María que entrega a su hijo al servicio del Padre, aun sin comprender demasiado el significado de su gesto.

En su oración, Ana había pedido a Yahvé que se acordase de ella, que no la olvidase, que le concediera un hijo (1,11). Al realizarse finalmente su deseo de maternidad, el autor sagrado considera que Dios “se ha acordado” de Ana. Entonces viene el momento de cumplir lo que Ana había prometido: consagrarlo a Yahvé. Puede parecer ilógico que, tras desear tanto un hijo, cuando lo ha obtenido se desprenda de él.

Ana se desprende de Samuel al destetarlo. Samuel no debió de conocer ningún otro hogar que la casa de Yahvé en Siló.

Deslumbra con luz propia la piedad y la generosidad de Ana que se pone totalmente en manos de Dios y que confía en él aunque la vida le trate con severidad. Dios se toma sus tiempos, pero no falla.

La llegada de Samuel se hizo esperar, como las cosas grandes de la vida, pero Dios cumplió con la petición de Ana.


Oración: Señor, espero, como Ana, que encuentre favor delante de tus ojos.


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