Saturday, August 27, 2016

Saturday, August 27 HOPE IN REUNION JEREMIAH 31:15-17

Saturday, August 27
HOPE IN REUNION
JEREMIAH 31:15-17

“So there is hope for your future,” declares the Lord. “Your children will return to their own land.”

Jeremiah 31:17

Who has not yet to suffer from the final farewell of a loved one or a friend?  Immigration is a reality that affects Cuban families.  God listens to our cries of sorrow caused by family separation.

He hears the bitter cries and laments, increased over the years by nostalgia provoked by the absence of our loved ones.

We Cubans are very family-oriented.  We love to be closely surrounded by our children, our grandchildren, our nephews and nieces.  But this often becomes difficult.

Our pain has been so intense that God has been willing to listen to our suffering and has asked us to stop mourning.  This command is accompanied by the promise that our family members and friends who have departed will find their way back home.

Another hope that should encourage us is that, in the midst of the choice that many of our loved ones have made to emigrate, God is responding to our prayers by keeping them under his care and protection.

Prayer: Lord, grant that our tears be caused by joy rather than by sadness, knowing that we will be reunited with our loved ones. Amen.

Translation by Elisa Menocal


ESPERANZA EN EL REENCUENTRO
JEREMIAS  31:15-17

Se vislumbra esperanza en tu futuro:
tus hijos volverán a su patria -afirma el Señor

Jeremías 31:17

¿Quién no ha sufrido ante la despedida definitiva de un ser querido o un amigo? La migración es una realidad que afecta a las familias cubanas. Dios escucha nuestros gritos de lamento, causados por la separación de la familia.
Escucha los lamentos y el llanto amargo, incrementados durante los años de la nostalgia provocada por la ausencia de nuestros seres queridos.
Los cubanos somos muy familiares, nos encanta tener a los hijos, a los nietos, a los sobrinos muy cerca, pero en muchas ocasiones esto se torna difícil.
Han sido nuestros dolores tan intensos, que Dios se ha dispuesto a escuchar nuestro sufrimiento y nos ha pedido que dejemos de llorar. Este mandato viene acompañado de la promesa de que los familiares y amigos que se han alejado encontrarán el camino de regreso a casa.
Otra esperanza que nos debe animar es que en medio de la elección que hicieron nuestros seres queridos de emigrar, Dios respondiendo a nuestras oraciones los tiene bajo su cuidado y protección.

Oración: Señor, que nuestras lágrimas no sean de tristeza sino de felicidad por el reencuentro con nuestros seres queridos. Amén



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