Thursday, August 24, 2017

Thursday, August 24 GENEROUS OFFERINGS 2 Corinthians 9:5-9

Thursday, August 24
GENEROUS OFFERINGS
2 CORINTHIANS 9:5-9

They have freely scattered their gifts to the poor; their righteousness endures forever;
their horn will be lifted high in honor. (NIV)
Psalm 112:9

Thoughts of offerings bring to mind envelopes and money that we need to bring to church. References to offerings in the Old Testament alluded to the animal that people had to sacrifice for their sins.

The concept of offerings as money is basically a product of the New Testament, where it is no longer necessary to offer sacrifices to God, because Christ offered himself on the cross. The idea of money as an offering grew out of the need to help the needy sisters and brothers, and to carry out the church’s mission.

Sometimes people ask me if tithing is obligatory in the Presbyterian Church. My response has been no, because there are no limits to offerings. Paul says you should give what your heart tells you, without compulsion; and give it cheerfully. When you give in this spirit you receive blessings because you will abound in every good work.

Sometimes I hear the phrase “the heart was converted but not the purse.” When this happens, I think “it was neither the heart nor the purse.”

Prayer: Lord, help me to support the church’s mission with my offerings, my prayers, and sharing my spiritual gifts. Amen.

Translation: George Meek

GENEROSOS EN OFRENDAR
2 CORINTIOS 9:5-9

Reparte, da a los pobres; su justicia permanece para siempre,
su poder será exaltado con gloria

 Salmos 112:9

Cuando pensamos en ofrendas viene a nuestra memoria sobres y dinero que tendremos que llevar a la Iglesia. En el Antiguo Testamento cuando se hablaba de ofrendas se pensaba en el animal que debía sacrificar en propiciación por mis pecados.

El concepto de ofrendas como dinero básicamente es producto del Nuevo Testamento donde ya no es necesario ofrecer más sacrificios a Dios, porque Cristo se ofrendó a sí mismo. El dinero como concepto de ofrendas surge por la necesidad de ayudar a las hermanas y hermanos que estaban en necesidad; y además para sostener la misión de la Iglesia.

En ocasiones se me han acercado personas para preguntar si en la Iglesia Presbiteriana el diezmo es obligatorio. Nuestra respuesta ha sido no, para ofrendar no hay límites. Pablo aconseja que sea como uno lo sienta en el corazón, sin que le pese; es más, con alegría. Cuando la ofrenda es en este espíritu se recibe bendiciones porque entonces experimentamos lo que es que abunde en vosotros toda gracia.

En ocasiones he escuchado la frase “se evangelizó el corazón, pero no el bolsillo”. Cuando esto ha ocurrido, lo que he pensado es “ni corazón, ni bolsillo”

Oración: Señor, ayúdame a sostener la misión de la Iglesia con mis ofrendas, mis oraciones, y el compartir de mis dones. Amén.


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