Thursday, June 6, 2019

Thursday, June 6 OUR DAILY BREAD EXODUS 16:1-5


Thursday, June 6
OUR DAILY BREAD
EXODUS 16:1-5

Then the LORD said to Moses,
“I am going to rain bread from heaven for you. . .”
Exodus 16:4 (NRSV)
            Since ancient times, bread has been humanity’s great problem. Food has moved us to previously unknown regions, has driven us to great discoveries, and has even led to death in search of new ways. In the Bible, God is recognized as the giver of food, even when with difficulty we extract it from the bowels of the earth, and with the same certainty of those who saw it fall from heaven every day as manna.
            In the passage which we read today Jesus uses this human need for bread as an appropriate figure of what he means in each person’s life. He said, “I am the bread of life . . .”  Being fed by God is a simple metaphor, but no less daring for its simplicity. This is the symbol of the Jesus who is author of our lives and at the same time our sustainer. Being fed by him is his way of uniting us to him, renewing us, restoring us to our true nature.
            Now, when bread is scarce in our country, to proclaim Jesus as the bread of life acquires a peculiar nuance charged with hope. So, when we don’t have bread to eat, there is a bread to which we are indissolubly bound, the bread which feeds our life and sustains it: Jesus Christ.

Prayer: Loving God, giver of all that I have, I ask today that you supplement the lack of those who don’t have material bread and of those who have no spiritual bread. Feed us from yourself. Amen.


Translation by John Potter


EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA
ÉXODO 16:1-5

Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo
os haré llover pan del cielo…
Éxodo 16:4

Desde tiempos muy antiguos el pan ha representado el gran problema del ser humano. El alimento lo ha movido a regiones desconocidas, le ha impulsado a grandes descubrimientos, le ha llevado incluso a la muerte en busca de nuevos caminos. En la Biblia, Dios es reconocido como el dador de este alimento, aun cuando el ser humano lo saca con trabajo de las entrañas de la tierra y con la misma certidumbre de aquellos que lo veían caer día a día como maná.

En el pasaje que hemos leído, Jesús utiliza esta necesidad humana del pan como una figura apropiada de lo que Él significa para la vida de cada persona. Él dijo: Yo soy el pan de la vida…
Alimentarse de Dios es una sencilla metáfora que no por ello deja de ser menos atrevida. Este el símbolo de un Jesús que es autor de nuestra vida y a la vez sustentador de la misma. Esto de alimentarse de Él es su manera de unirnos a Él, renovándonos, restaurándonos a nuestra verdadera naturaleza.

En este tiempo en el que en nuestro país escasea el pan, proclamar a un Jesús como el pan de la vida adquiere un matiz peculiar cargado de esperanza. Así no tengamos pan para comer, existe un pan al que estamos ligados indisolublemente, es el pan que alimenta nuestra vida y la sostiene: Jesucristo.

Oración: Dios amoroso, dador de todo cuanto tengo, en este día te pido que suplas la carencia de aquellos a quienes falta pan material y a los que no tienen pan espiritual. Aliméntanos de ti. Amén.


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