Monday, November 4, 2019

Monday, November 4 AS DONE FOR THE LORD COLOSSIANS: 17:23-24


Monday, November 4
AS DONE FOR THE LORD
COLOSSIANS: 17:23-24
Whatever your task, put yourselves into it, as done for the Lord
Colossians 3:23a (NRSV)
            At the beginning of one day a glance toward the altar surprised me with a flower arrangement. It was a bouquet of flowers and leaves taken from the Church’s garden. It looked simple and beautiful. So it is every Sunday, we are surprised by the ingenuity and the holy hands of a sister who picks the flowers she finds on the way to Church to delight us with the most beautiful floral arrangements. That made me reflect on the ways we can see the things around us and make the most of them.
            Professor Castellanos said that we ought not lose the capacity for wonder. Sometimes our life is so stripped of meaning that we do not let ourselves be surprised by the simple beauty of a rosemary, or the green bud in the middle of a ditch... Fortunately there are people in our lives who are surprised every day with daily miracles and who startle us with their sensitivity. The sister who inspired this reflection in me not only allows herself to be surprised but in her hands the daily and common take on a new meaning.
            Inspired by this witness, I invite you today to sanctify our lives through the works of our hands. May all that we do be from the heart, whether it be cooking, healing, growing or decorating! Let’s make it our purpose to always work for the Lord and when people come upon the work of our hands may they be surprised and say, “O, God exists, and it’s wonderful!”

Prayer: We ask you, good and gracious God, to put into our hearts the desire to please you in all that we do. May our eyes be able to be surprised and see you in everyday life and may our hands be creative to show others your blessings every day. Amen.

Translation by John Potter


COMO PARA EL SEÑOR
COLOSENSES 3: 17, 23-24

Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana,
como para el Señor…
Colosenses 3:23a

Comenzó un día, al mirar hacia el altar me sorprendió el arreglo floral. Era un ramo de flores y hojas tomadas del jardín de la Iglesia. Lucía sencillo y precioso. Así, cada domingo somos sorprendidos por el ingenio y las manos santas de una hermana que toma de las flores con las que se encuentra en el camino hacia el templo para deleitarnos con los más hermosos arreglos florales. Esto me hizo reflexionar en la manera en la que podemos mirar las cosas que nos rodean y aprovecharlas. El maestro Castellanos decía que no debemos perder la capacidad de asombro. Y es que en ocasiones nuestra vida está tan estéril de sentido que no nos dejamos sorprender por la belleza sencilla de un romerillo, o el brote verde en medio de una cuneta… Afortunadamente en la vida existen personas que se sorprenden cada día con milagros cotidianos y nos estremecen con su sensibilidad. La hermana que me inspiró en esta reflexión no sólo se deja sorprender, sino que en sus manos lo cotidiano y común toma un nuevo sentido.

Inspirados en este testimonio les invito hoy a santificar nuestra vida a través del trabajo de nuestras manos. ¡Que todo lo que hagamos sea de corazón; ya sea cocinar, curar, cultivar, ¡decorar!  Hagámonos el propósito de trabajar siempre para el Señor y que cuando las personas se encuentren con la obra de nuestras manos puedan asombrarse y decir: ¡Oh, Dios existe y es maravilloso!

Oración: Te pedimos, Dios bueno, que pongas en nosotros el deseo de agradarte en todo lo que hagamos. Que nuestros ojos puedan sorprenderse y verte en lo cotidiano y que nuestras manos sean creativas para mostrarle a los demás tus bendiciones cada día. Amén

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