Friday, February 28, 2020

February 28, Friday FREE YOUR BROTHERS JOHN 19: 38-40


February 28, Friday
FREE YOUR BROTHERS
JOHN 19: 38-40
Then you will know the truth and the truth will set you free.

John 8: 32 (CEB)

            Jesus, dying on the cross, became in solidarity with the crucified of all times, assuming the same suffering for freedom, not to remain nailed and ridiculed on the cross, his resurrection affirming that  there should be no more oppression that de-humanizes.  Jesus won over death in order to “free” his brothers and sisters; and this is the great task of the collaborators of the Kingdom: free others with love, compassion, justice while proclaiming the beatitudes.

            Asking God the Father to be placed at the side of Jesus to follow him is also to commit oneself to walking the way of the Church, that is the human being, and walking this way supposes collaborating with humanization of all life:  humanizing work, education, relationships, family and integral society. 

            Freeing the crucified ones is breaking the nets and chains that have made slaves of those like us, it is to help, giving life if it were necessary to free others, with the knowledge of the Truth.  And this process of conversion will free us from ourselves, from our selfish criteria, and it will help us to open the heart in order to free it of all that enslaves, achieving in God the needed renovation that allows us to be truly free. 

Prayer: Lord, teach us to break the chains of our life, and to break those of our neighbors.  Amen.

Translation by Deborah McEachran

Febrero 28, Viernes
DESCLAVA A TUS HERMANOS
JUAN 19: 38-40

Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres

Juan 8: 32

            Jesús, al morir en la cruz, se hace solidario con los crucificados de todos los tiempos, asume el mismo sufrir para liberar, no para quedar clavado y escarnecido en la cruz, su resurrección afirma que no debe haber más opresiones que deshumanicen. Jesús vence la muerte para “desclavar” a sus hermanos; y esta es la gran tarea de los colaboradores del Reino: desclavar a otros con el amor, la compasión y la justicia, al modo proclamado en las Bienaventuranzas.

            Pedir a Dios, el Padre, ser puestos al lado de Jesús para seguirle, es también comprometerse a recorrer el camino de la Iglesia, que es el del ser humano, y recorrer este camino supone colabo-rar con la humanización de toda vida: humanizar el trabajo, la educación, las relaciones, la familia, la sociedad íntegra.

            Desclavar a los crucificados es romper las redes y cadenas que hacen esclavos a los semejantes, es ayudar, entregar la vida si fuese necesario para liberar a otros, con el conocimiento de la Verdad. Y este proceso de conversión nos va a librar de nosotros mismos, de nuestros criterios egoístas, y nos ayudará a abrir el corazón para liberarlo de todo lo que esclaviza, a lograr en Dios la necesaria renovación que nos permita ser verdaderamente libres.

Oración: Señor, enséñanos a desatar las cadenas de nuestra vida, y a desatar las de nuestros semejantes. Amén.

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