Monday, October 12, 2015

Monday, October 12 Anniversary of the Presbyterian Reformed Church of Meneses LET US SOW THE SEED Mark 4:1-20

Monday, October 12
Anniversary of the Presbyterian Reformed Church of Meneses

LET US SOW THE SEED
Mark 4:1-20

“He who tends a fig tree will eat its fruit.”

Proverbs 27:18

We have experienced an intense drought in our country this year. All of us, at some time in our lives, have seen how the earth becomes when there is no rain: everything turns hard, sterile, cracked… it takes a lot of work for the soil to produce.

In Jesus’ parable, there are four kinds of soil.  The first one mentioned is the one closest to the path, where the birds eat up the seeds, like the evil that removes the word from our hearts. The second type is the rocky soil, where the plant sprouts but has no roots, and it doesn’t last long because it cannot survive the trials and tribulations that follow. The third kind of soil is covered in thorns, like our Cuban marabou that chokes everything sown around it, choking the word of God, making it unfruitful.  The fourth soil is the good soil which produces a crop, and it is like the seed that hears the Word and is fruitful.

I used to think that the four types of soil in this parable referred to different types of people, but a short while later I realized that all of us, at one time or another in our lives, have been like one of those four soils.  This is why we constantly need to carefully tend our soil so that the seed is not sown in vain, because weeds will grow even in good soil. Let us clean up our lives, weeding out all that is choking us and disturbing our spiritual growth, so that we can produce good fruit.

Prayer : Lord, I want to be good soil where your Word can render abundant fruit.


Aniversario de la IPR de Meneses

SEMBREMOS LA SEMILLA
Marcos 4:1-20

“Quien cuida de la higuera, come de su fruto”

Proverbios 27:18

Este año hemos experimentado en nuestro país una intensa sequía. Todos en algún momento de nuestra vida hemos visto como la tierra se pone cuando no llueve, todo se vuelve duro, estéril, se agrieta... se necesita mucho trabajo para que la tierra produzca.

Según la parábola de Jesús, hay cuatro tipos de suelos. El primero que se menciona es el que está junto al camino, donde las aves se comen la semilla, o sea la maldad que quita la palabra de nuestros corazones. El segundo es el suelo pedregoso y rocoso, donde brota la planta pero como no tiene raíces, es de corta duración, y cuando vienen las pruebas y las tribulaciones no resiste. El tercer suelo es el cubierto de espinos, como el marabú, que ahoga todo lo sembrado, o sea, ahoga la palabra de Dios y no puede dar fruto. El cuarto suelo es el de la tierra buena que da frutos, es como el que oye la Palabra, y rinde fruto.

Antes pensaba que en esta parábola los cuatro tipos de suelo se refería a personas distintas, pero poco después me di cuenta de que todos, alguna vez en nuestra vida, hemos sido como cualquiera de los cuatro suelos. Es por eso que constantemente tenemos que atender adecuadamente nuestra tierra para que la semilla no caiga en vano, pues hasta en la tierra buena crecen las malas hierbas. Limpiemos nuestras vidas, quitemos todo aquello que nos enreda y nos estorba en nuestro crecimiento espiritual, a fin de que podamos dar buenos frutos.

Oración : Señor, quiero ser tierra buena donde tu Palabra pueda rendir abundantes frutos.



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