Friday, September 30, 2016

Friday, September 30 MY TINY INSTRUMENT WITHIN YOUR GIANT ORCHESTRA 1 CORINTHIANS 12:18-22


Friday, September 30
MY TINY INSTRUMENT
WITHIN YOUR GIANT ORCHESTRA
1 CORINTHIANS 12:18-22

 

...those parts of the body that seem to be weaker are indispensable.

1 Corinthians 12:22

 

It’s said that during an orchestral rehearsal, just as the cymbals were crashing and the violins were playing, the piccolo player said to himself, “How am I useful here; it would be the same if I didn’t play, Anyway, no one hears me.” So he continued with the instrument held to his mouth, but didn’t play. A few instants later the orchestra conductor exclaimed, “Stop! Where is the piccolo?” The maestro’s ear had detected its absence.

     There are periods in our lives in which we feel insignificant and useless. When we work for the Lord and see ourselves surrounded by more talented people than ourselves, we want, in a moment of weakness, to draw back and let the others continue with the important task. We think that, that for the most part, our contribution won’t change things much. We forget what the Lord suggests to us as he was taking advantage of the five loaves and the two fish a boy had to feed a multitude.

     He placed us here where we are. He distributed the tasks, and bestowed the means to complete them. It’s not up to us to appreciate the importance of the few or many talents we received. Simply put to his service what we’ve received; He is always attentive to the manner in which we complete what we could call “our daily collaboration.”

 

Prayer:  Lord, help me to be useful, here where you have placed me, going about the work you have handed over to me. I want to please you and give the best of myself. Be with me and use my life for your honor and glory. Amen.

 

Translated by John Walter

 

 

MI PEQUEÑO INSTRUMENTO

EN SU GRAN ORQUESTA

 

1 CORINTIOS 12:18-22

 

...los miembros del cuerpo que parecen más débiles,

son los más necesarios

 

1 Corintios 12:22

 

Se cuenta que durante el  ensayo de una orquesta, en medio del gran sonido  de los címbalos y los violines quien tocaba el flautín se dijo: “¿En qué soy útil? Lo mismo sería si no tocara. De todos modos nadie me oye”. Entonces continuó con su instrumento en la boca, pero dejó de tocar. Algunos instantes después el director de la orquesta exclamó: “¡Deténganse! ¿Dónde está el flautín?” El oído del maestro había notado su ausencia.

Hay períodos en nuestras  vidas en que nos sentimos insignificantes e inútiles. Cuando trabajamos para el Señor y nos vemos rodeados de gente que tiene más aptitudes que nosotros, queremos, en un momento de debilidad, retirarnos y dejar que otros continúen con la tarea importante. Pensamos que de todas maneras nuestra contribución no cambiará mucho las cosas. Olvidamos lo  que nos sugiere el Señor, al valerse de cinco panes y dos peces que tenía un muchacho para alimentar a una multitud.

Él nos colocó  aquí donde estamos. Él distribuyó las tareas y dio los medios para cumplirlas. No nos corresponde apreciar la importancia de los pocos o muchos talentos que recibimos. Sencillamente pongamos a su servicio lo que recibimos. Él siempre está atento a la manera en que cumplimos  lo que podríamos llamar “nuestra cotidiana colaboración”.

 

Oración: Señor, ayúdame a serte útil allí donde tú me has puesto, realizando la tarea que tú me has encomendado. Deseo agradarte y dar lo mejor de mí. Acompáñame y usa mi vida para tu honra y gloria. Amén.

 

 

 

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