Friday, May 1
International Workers’ Day
BY THE SWEAT OF HIS BROW
GEnesis 3
By the sweat of your brow you will eat your food until you return to the
ground, since from it you were taken; for dust you are and to dust you will
return.
Genesis 3:19
Today, like all May
firsts, is historically dedicated to men and women workers. Many have found in
the text cited above an explanation of work as “a punishment from God” for
being human; however, this text is better understood in terms of teaching: That
total harmony with God can be destroyed as a result of failures like arrogance,
disobedience, and trickery…such sins distance us from God’s freely given grace and
enmesh us in difficulties until we return to Him. Work, of course, is not a
punishment, rather a gift, a right, a possibility for service and self and
community growth. Work is exalted as a virtue in both the New and Old
Testaments. It was work that enabled Israel to rise as a nation; it was work
that returned their dignity after forced exile in Babylonia; and for the
Apostles it was work that allowed them to honorably sustain themselves in the
early years of the church…and thus there are countless Biblical, as well as
historical testimonies affirming work as a gift from God. Today we should live
and preach the value of work, given the innumerable situations occurring in our
society to strike it from our ethical and practical compass. We pray and aspire
that work rightfully occupies its place in the economy and society, in the
manner pleasing to God.
Prayer: God of life, may we always work with all our heart, and beneath the
sign of justice, love, and peace, to serve you and society.
Translation by John Walter
Día internacional de los
trabajadores
Con el sudor de tu rostro
Génesis 3
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que
vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado, pues polvo eres,
y al polvo volverás.
Génesis 3:19
Hoy, como todos los días primero de mayo, se resalta
el lugar de los trabajadores y las trabajadoras en la historia. En el texto
citado muchos han encontrado una explicación al “trabajo como castigo de Dios”
por la desobediencia del ser humano. Este texto realmente da cuenta en términos
de enseñanza, que la total armonía con Dios puede destruirse a partir de faltas
como la arrogancia, la desobediencia, el engaño… Son tales pecados los que nos
alejan del sustento gratuito de Dios y nos hacen pasar por difíciles caminos
hasta el reencuentro con Él. Pero, por supuesto que el trabajo no es castigo,
sino don, derecho, posibilidad de servicio y crecimiento propio y comunitario.
El trabajo es exaltado como virtud tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento. Fue el trabajo lo que permitió a Israel levantarse como una nación,
fue el trabajo lo que permitió reconstruir la dignidad después del forzado
exilio a Babilonia, fue el trabajo lo que permitió ganarse honradamente su
sustento a los apóstoles en los primeros tiempos de la Iglesia… y así hay un
sinnúmero de testimonios bíblicos y de la historia, que afirman la laboriosidad
como un don de Dios. Hoy día debemos
vivir y predicar el valor del trabajo, pues un sinnúmero de situaciones se
abren para desalojarlo del horizonte ético y práctico de nuestra sociedad.
Oremos y obremos para que el trabajo ocupe dignamente su lugar en la economía y
la sociedad, tal y como Dios lo quiere.
Oración: Dios de la vida, que podamos trabajar siempre en tu obra y en la
sociedad, de todo corazón y bajo el signo de la justicia, el amor y la paz. Amén.
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