Saturday, August 29, 2020

Saturday,August 29; THE LITTLE HORSE

 

 

 

August 29, Saturday

THE LITTLE HORSE

 

They will carry you with their own hands so you don’t bruise your foot on a stone.

 

Psalm 91:12 (CEB)

 

 

            A father took his son on a long trip through the woods.  Since he was small, he carried him a long time on his shoulders.  Later he put him on his feet and told him he should walk alone.  After a while, the little one began to cry because he was tired.  The father took a stick, cleaned it well and told the boy: “Look, son, I give you a little horse to carry you home.”  Enchanted, the boy hopped on the little horse and happily arrived at his house.

 

            At times our heavenly Father carries us in his arms and at times he lets us walk.  Many times we believe that we can’t do any more, but it is then when someone or something appears that he sends our way, becoming our “little horse”:  a friend, a sister from the church, a piece of advice, a prayer, a help, whatever thing; and riding this steed we arrive at our goal.

 

            Do you need a “little horse”? Do we know who could be needing a ride right now?  Let us offer it with gentleness, remembering our own tiredness at times.  This can make all the difference for a person.

 

 

 

Prayer: Thank you Father, for giving me one more day of life.  No matter what the circumstance you never leave us adrift.  When we most need you, you are here to help us and keep us afloat.  Amen. 

 

Translated by Deborah McEachran

 

 

 

Agosto 29, sábado 

EL CABALLITO

 

En las manos te llevarán para que tu pie

no tropiece en piedra

 

Salmo 91:12

 

 

            Un padre llevó a su hijo a un paseo largo por el bosque. Como era pequeño, lo llevó un buen rato sobre sus hombros. Luego lo puso sobre sus pies y le dijo que debía caminar solo. Al rato el pequeño comenzó a llorar porque estaba cansado. El padre tomó un palo no muy grande, lo limpió bien y le dijo al niño: “Mira hijo, te presento a tu caballito para que te lleve a casa.”” Encantado el niño se montó sobre su caballito y felizmente llegó a su casa.

 

            A veces nuestro Padre celestial nos lleva en sus brazos y a veces nos deja caminar. Muchas veces creemos que no podemos más, pero es entonces cuando aparece alguien que Él nos envíía, y se convierte en nuestro “caballito”: un amigo, una hermana de la iglesia, un consejo, una oración, una ayuda, cualquier cosa; y sobre ese corcel llegamos a la meta.

 

            ¿Necesita usted un “caballito”? ¿Sabemos quién pueda estar necesitando ahora una “cabalgada”? Ofrezcámosla  con ternura, recordando nuestro propio cansancio de a veces. Eso puede hacer toda la diferencia para una persona.

 

 

 

Oración: Gracias Padre, por darme un día más de vida.  A pesar de cualquier circunstancia, tú nuca nos dejas a la deriva. Cuando más te necesitamos estás ahí para socorrernos y sacarnos a flote. Amén.

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