April 6, Tuesday
Anniversary of Juan G. Gómez Church
DO NOT JUDGE SO AS NOT TO BE JUDGED
Juan 7:53-8:11
“…Whoever hasn’t sinned should throw the first stone.”
John. 8:7 (CEB)
The incident that morning resembled the trial of anyone who commits violations of the law. The defendant was a woman (unnamed), whose crime was adultery. According to the law of Moses, every man or woman who had committed adultery was punishable by the death penalty. But the Pharisees and Scribes violated the law of Moses, which required the other party to also appear at trial. (Dt 22: 22-24). What right did they think they had to take by force a woman and publicly admonish her? Weren’t they guilty of thinking, talking, and acting hypocritically themselves?
Jesus in speaking to them puts the matter on their own consciences and they themselves will be the ones who denounce themselves. We have a saying like this: “Conscience is both a witness, a prosecutor and a judge.” The Lord transformed a legal matter into a moral matter. Jesus in the scriptures forbids us to make judgments about others. Do not judge or you too may be judged (Mt 7:7). We tend to criticize in others the same mistakes we make. We are intransigent and intolerant and do not show love and compassion when we make such judgments. We become judges of people. The Church must take care not to assume legalistic positions, pharisaical patterns. We must not forget love for one’s neighbour, forgiveness, mercy, and justice.
Prayer: Lord forgive our sins; make us better creatures in your Kingdom. Allow us to love each other from the heart without judging others. Amen.
Translated by Pat Metcalf
Abril 6, martes
Aniversario Iglesia Juan G. Gómez
NO JUZGAR PARA NO SER JUZGADOS.
Juan 7;53-8:11
«Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra. »
Jn. 8:7b
El incidente ocurrido aquella mañana suele parecerse al juicio de cualquier persona que comete infracción de la ley. La acusada es una mujer (sin nombre), cuyo delito cometido es el adulterio. Según la ley de Moisés todo hombre o mujer que hubiese cometido adulterio era castigado con la pena de muerte. Pero los Fariseos y Escribas violentaron la ley de Moisés, la cual requería que la otra parte también compareciera al juicio. (Dt 22: 22-24). ¿Qué derechos creían tener ellos para tomar por la fuerza a una mujer y amonestarla públicamente? ¿Acaso ellos mismos no eran culpables de pensar, hablar y actuar hipócritamente?
Jesús al hablarles pone el asunto en sus propias conciencias y ellas mismas serán quienes les denuncien. Un refrán así cita: “La conciencia es a la vez testigo, fiscal y juez”. El Seññor transformó un asunto legal en un asunto moral. Jesús en las Escrituras nos prohíbe emitir juicios sobre los demás. No juzguéis para que no sean juzgados -Mt 7:7. Tenemos tendencia a criticar en los demá s los mismos errores que cometemos nosotros. Somos intransigentes e intolerantes e inclusive llegamos al extremo de no mostrar amor y compasión cuando emitimos juicios. Nos convertimos en jueces de las personas. La Iglesia ha de cuidarse de asumir posturas legalistas, patrones farisaicos. No hemos de olvidar el amor al prójimo, el perdón, la misericordia y la justicia.
Oración: Señor perdona nuestros pecados; haznos mejores criaturas de tu Reino. Permite que podamos amarnos de corazón sin cuestionar a nuestros semejantes. Amén.
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