Friday, December 20, 2024

December 20, Friday

NOTHING IS IMPOSSIBLE FOR GOD

Luke 1: 26-38

For nothing will be impossible for God.

Luke 1:37 (CEB)

Mary has been a figure emblematic of a committed and dedicated disciple. And though the veneration of Mary that some traditions practice may seem a little exaggerated, we often try to minimize her. Mary should receive all of our admiration not only because she gave birth to our God, but for all of the commitment and dedication that she had towards Jesus throughout his ministry.

There has never been a person with such a big responsibility, carrying in her womb the Son of God. For this reason, we should look at her as a paradigm of dedication to the service of the Gospel. It is very common that humans put forth excuses when God is calling them into service: Moses said he was unimportant; Jeremiah said he was too young; Mary said she had not had relations with any man. However, in all of these cases they agreed to do God’s will and great things resulted. Let us not be afraid to submit ourselves to God’s call. Like Mary, we will face big challenges. The path will not be easy, but if, like Mary, we say: “Let your word be fulfilled in me”, then surely we will see big things and we will always feel the support of God.

Prayer: God of life, allow us to be able to follow your call with the firmness and the faith that Mary had. Amen.

Translation by Deborah McEachran

 

 

Diciembre 20, viernes

NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS

Lucas 1: 26-38

Para Dios no hay nada imposible.

Lucas 1:37

María ha sido una figura muy emblemática. Y debido a que nos parece un poco exagerado quizás, la veneración que le tienen en algunas tradiciones, nosotros en muchas ocasiones tratamos de minimizarla. María debe recibir toda nuestra admiración no solamente por haber dado a luz a nuestro Dios, sino por todo el compromiso y dedicación que tuvo para con Jesús a lo largo de todo su ministerio.

No ha habido una persona con una responsabilidad tan grande, como cargar en su vientre al Hijo de Dios. Por esta razón, debemos mirarla como paradigma de entrega al servicio del Evangelio. Es muy común que ante el llamado de Dios el ser humano ponga sus pretextos: Moisés dijo que era insignificante, Jeremías dijo ser muy joven, María dijo no haber tenido relaciones con ningún hombre. Sin embargo, en todos los casos accedieron a cumplir con la voluntad de Dios y obtuvieron grandes resultados. No tengamos miedos a lanzarnos ante el llamado de Dios. Al igual que María tendremos que enfrentar grandes desafíos. El camino no será fácil, pero si al igual que María decimos: Cúmplase en mí tu Palabra, seguramente veremos grandes cosas y siempre sentiremos el apoyo de Dios.

Oración: Dios de la vida, permite que podamos seguir tu llamado con la firmeza y la fe que tuvo María. Amén.

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