Friday, February 21
KEEP ON PLAYING
ISAIAH 6: 1-8
“And I said, ‘Here am I. Send me!’”
Isaiah 6:8
Hoping to encourage her son’s
progress playing the piano, a mother took him to a concert of Paderewski. Once
seated, the mother saw a friend and went over to greet her. The boy, tired of waiting for her, got up and
began to wander around until he came to a door that said “Entrance
prohibited”. A bit later, the mother was
horrified to find her son seated at the piano keyboard, playing the music to “Mambrú went off to war”. Suddenly the lights went off
onstage. The great concert pianist made
his entrance and whispered in the boy’s ear: “Don’t stop, keep on
playing.” Then Paderewski extended his left
hand and began to fill in with the part of the bass, and then he put his right
hand around the boy and added a beautiful musical arrangement. Together they transformed an awkward
situation into a creative moment. Such is life when we are with God. With the hands of the Master, the work we do
throughout our lives can be beautiful.
When you embark on a new project, listen to the Master’s voice
whispering in your ear: “Don’t stop,
keep playing,” and feel his loving arms around you. God does not call those who are able. He
enables those whom He calls and who respond.
Prayer: I thank you for your
love, my God. I give you thanks for your
Son Jesus my Savior, for your Holy Spirit which is always with me. You know
everything, Lord; you know that I love you. Amen.
SIGUE
TOCANDO
ISAÍAS 6: 1-8
“Yo respondí: Aquí estoy yo, envíame a mí”
Isaías 6:8
Deseando
dar ánimo a su hijo para que progresara
en el piano, una madre lo llevó a un concierto de Paderewski. Después de
sentarse, la madre vio a una amiga y fue a saludarla. El niño, cansado de
esperar se levantó y comenzó a recorrer el lugar hasta que llegó a una puerta
que decía “Prohibida la entrada”. Poco después, la madre vio horrorizada a su hijo sentado al teclado, tocando las
notas de “Mambrú se fue a la guerra”. De
repente las luces cayeron sobre el escenario. El gran maestro hizo su entrada y
susurró al oído del niño: “no pares, continúa tocando”. Entonces Paderewski
extendió su mano izquierda y empezó a llenar la parte del bajo, luego puso su
mano derecha alrededor del niño y agregó un bello arreglo musical. Juntos,
transformaron una situación embarazosa en una situación creativa. Así son las
cosas cuando estamos con Dios. Con las manos del Maestro, las obras de nuestras
vidas pueden ser hermosas. Al emprender nuevos proyectos, escucha la voz del Maestro susurrando en tu oído: “No
pares, continúa tocando”, y siente sus brazos amorosos a tu alrededor. Dios no llama a aquellos que están
capacitados. El capacita a aquellos que son llamados y responden.
Oración: Dios mío, gracias por tu amor,
gracias por tu Hijo Jesús mi Salvador, por tu Espíritu Santo que siempre me
acompaña, Tú lo sabes todo Señor, tu sabes que te amo. Amén.
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