Friday, February 21, 2014

Friday, February 21 KEEP ON PLAYING ISAIAH 6: 1-8


Friday, February 21 

KEEP ON PLAYING

ISAIAH 6: 1-8

“And I said, ‘Here am I. Send me!’”

Isaiah 6:8

Hoping to encourage her son’s progress playing the piano, a mother took him to a concert of Paderewski. Once seated, the mother saw a friend and went over to greet her.  The boy, tired of waiting for her, got up and began to wander around until he came to a door that said “Entrance prohibited”.  A bit later, the mother was horrified to find her son seated at the piano keyboard, playing the music to “Mambrú went off to war”.  Suddenly the lights went off onstage.  The great concert pianist made his entrance and whispered in the boy’s ear: “Don’t stop, keep on playing.”  Then Paderewski extended his left hand and began to fill in with the part of the bass, and then he put his right hand around the boy and added a beautiful musical arrangement.  Together they transformed an awkward situation into a creative moment. Such is life when we are with God.  With the hands of the Master, the work we do throughout our lives can be beautiful.  When you embark on a new project, listen to the Master’s voice whispering in your ear:  “Don’t stop, keep playing,” and feel his loving arms around you.  God does not call those who are able. He enables those whom He calls and who respond.

 

Prayer:  I thank you for your love, my God.  I give you thanks for your Son Jesus my Savior, for your Holy Spirit which is always with me. You know everything, Lord; you know that I love you. Amen.

 

 

 

SIGUE   TOCANDO

ISAÍAS 6: 1-8

“Yo respondí: Aquí estoy yo, envíame a mí”

Isaías 6:8

Deseando dar ánimo a su  hijo para que progresara en el piano, una madre lo llevó a un concierto de Paderewski. Después de sentarse, la madre vio a una amiga y fue a saludarla. El niño, cansado de esperar se levantó y comenzó a recorrer el lugar hasta que llegó a una puerta que decía “Prohibida la entrada”. Poco después, la madre vio horrorizada  a su hijo sentado al teclado, tocando las notas de “Mambrú se fue a la guerra”.  De repente las luces cayeron sobre el escenario. El gran maestro hizo su entrada y susurró al oído del niño: “no pares, continúa tocando”. Entonces Paderewski extendió su mano izquierda y empezó a llenar la parte del bajo, luego puso su mano derecha alrededor del niño y agregó un bello arreglo musical. Juntos, transformaron una situación embarazosa en una situación creativa. Así son las cosas cuando estamos con Dios. Con las manos del Maestro, las obras de nuestras vidas pueden ser hermosas. Al emprender nuevos proyectos, escucha  la voz del Maestro susurrando en tu oído: “No pares, continúa tocando”, y siente sus brazos amorosos a tu alrededor.  Dios no llama a aquellos que están capacitados. El capacita a aquellos que son llamados y responden.

 

Oración: Dios mío, gracias  por tu amor, gracias por tu Hijo Jesús mi Salvador, por tu Espíritu Santo que siempre me acompaña, Tú lo sabes todo Señor, tu sabes que te amo. Amén.

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