Tuesday, March 9
WHO’S TO BLAME?
Acts 3: 13-19
Repent, then, and turn to God, so that your sins may be wiped out, that times of refreshing may come from the Lord. (NIV)
Acts 3:19
One of the themes to deepen in the Christian life is the relationship of guilt and repentance. After participating in Sunday school dedicated to the book of Job for many Sundays with excellent teachers, I thought to speak to one of the elderly members of the church who, like me, was a participant, but who saw herself unable to keep attending.
She began to give me complaints of the mistreatment she received from people with whom she lived, and she focused on a single idea: the blame is on those who mistreated me, my being so good. Why then this punishment? For my part, there were two questions: were you worried about bringing your family to church? The answer was NO. The second question was: you yourself began to go to church only when “they squeezed your shoes?” The answer was YES.
It’s indispensable to accept our own responsibility before blaming others. The word repent appears 82 times in the Bible. The prayer Our Father does not teach us to cast blame upon anyone, rather it encourages us to admit it.
Prayer: Our father, thank you for all the loved ones that brought us to the church, for its consecrated members and its pastors who gave us the tools that led us closer to constructing an environment of peace, security, wisdom, faith, hope, and above all, love. Amen.
Translation by John Walter
Marzo 9, martes
¿DE QUIEN ES LA CULPA?
Hechos 3: 13-19
Por tanto, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; de modo que de la presencia del Señor vengan tiempos de refrigerio
Hechos 3:19
Uno de los temas a profundizar en la vida cristiana es la relación culpa y arrepentimiento. Después de participar en la Escuela Dominical con dos excelentes profesores durante muchos domingos dedicados al libro de Job, me propuse hablar con una de las ancianas de la iglesia que era una participante como yo, pero se vio incapacitada de seguir asistiendo. Ella empezó a darme quejas de maltrato que recibía por parte de las personas con las que convivía, y se enfocaba a una sola idea: la culpa es de ellos que me maltratan siendo yo tan buena ¿por qué este castigo? Hubo dos preguntas de mi parte: ¿Ud. Se preocupó por llevar a la familia a la iglesia? La respuesta fue NO; ¿Ud. misma empezó a ir la iglesia solo cuando “le apretaron los zapatos””? Respuesta: SI.
Es indispensable aceptar la responsabilidad que nos toca antes de culpabilizar a las otras personas. El vocablo arrepentirse aparece 82 veces en la Biblia. La oración del Padre Nuestro no nos enseña a echarle la culpa a alguien, más bien nos anima a admitirla.
Oración: Padre Nuestro, gracias por todos los seres queridos que nos llevaron a la Iglesia, sus miembros consagrados y sus pastores/as que nos aportaron las herramientas que nos acercan a construir un entorno de paz, seguridad, sabiduría, fe, esperanza y sobre todo amor. Amén.
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