Sunday, January 25
GOD IN OUR PAST, PRESENT AND FUTURE
ECCLESIASTES 3: 1-15
“There is a time for everything, and a season for every activity under
heaven…”
Ecclesiastes 3:11
I love looking at old photos. The thing is, we
don’t always develop a harmonious relationship with our past. Either we recall it with nostalgia, thinking
about things we had that we no longer have, or feeling that “everything was
better in the good old days.” Or we want to leave the past behind because we
experienced things that are best forgotten.
When I
look at old photos, a great satisfaction comes over me, because I sense that
harmonious relationship with past experiences, enriching relationships, good
times together with friends and family.
The memories are relived, not in order to eternalize them, but in order
to fill myself with strength and to commit myself to my present and my
future. I invite you to meditate upon
the importance of each moment in our lives:
the past laden with good and bad experiences from which we learned; the
present with its challenges and possibilities; the future with its load of
dreams and expectations. And the most
important thing: at every moment, acknowledge the way in which the Creator has
accompanied you, is by your side now and will continue to be, because God is
eternity.
Prayer: We ask you, oh God, to help us to not remain
in the past, lamenting what we no longer have, and that we may confront our
present with commitment and integrity and that we may project ourselves toward
the future that you have promised us. Amen.
DIOS EN NUESTRO PASADO, PRESENTE Y FUTURO
ECLESIASTÉS 3: 1-15
“En su momento, Dios todo lo hizo hermoso, y puso
en el corazón de los mortales la noción de la
eternidad…”
Eclesiastés 3:11
Me encanta ver fotos antiguas. Y es que muchas veces
no desarrollamos una relación armónica con nuestro pasado. O lo recodamos con
nostalgia, pensando en lo que tuvimos que ya no tenemos, o sintiendo que “todo
tiempo pasado fue mejor”. O queremos alejarnos de él porque vivimos
experiencias difíciles que es mejor olvidar.
Cuando miro fotos antiguas una gran satisfacción viene a mí, pues siento
esa relación armónica con experiencias vividas, relaciones enriquecedoras,
gratos momentos junto a amigos y familiares. Los recuerdos son revividos, pero
no para eternizarlos, sino para llenarme de fuerzas y comprometerme con mi
presente y mi futuro. Le invito a meditar en la importancia que tiene cada
tiempo en nuestras vidas: el pasado cargado de experiencias buenas y malas de
las que aprendimos, el presente con sus retos y posibilidades, el futuro con su
carga de sueños y expectativas. Y lo más importante: en cada momento reconoce
de qué manera el Creador te ha acompañado, te acompaña y te acompañará, porque
Dios es eternidad.
Oración: Te pedimos oh Dios, que no nos quedemos en el pasado,
lamentándonos por lo que ya no tenemos, que enfrentemos nuestro presente con
compromiso y entereza y que nos proyectemos con confianza hacia el futuro que
nos has prometido. Amén
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