Monday, February 2
GESTURES OF SOLIDARITY
PROVERBS 16:5-20
“Better a little with righteousness
Than much gain with injustice.”
Proverbs 16:8
Recently during a devotional time a sister in our congregation, one of the
most helpful, told us the following story:
A few days ago I left the house early because I had an appointment at the
dental clinic. As I was crossing the
threshold, I ran into a man who always comes to visit me in the morning. He is a very humble man with whom I share a
cup of coffee every morning, but since I was in a hurry on that occasion, I
didn’t want to go back inside to the kitchen and I tried to dismiss him with
the excuse that I didn’t have any of the valuable liquid. After taking a few
steps, I heard someone calling me and when I turned around, there stood my
neighbor saying to me: look, they gave me two pesos, come back so I can buy you a coffee. I was so moved! Between
tears I discovered God’s message: his
poverty was turned into riches through his sharing and my haste was cancelled out
by this lesson of solidarity.
This is what happens on occasion: we learn God’s proffered message of love
and solidarity through a person from whom we least expect it. Let us be
attentive to God’s signs in the voice and gestures of humble people. Let us have the sensitivity to receive these
signs in the midst of our haste and concerns.
Prayer: Lord of
time, grant that we may discover your signs in the face of those who are
humble. Amen.
GESTOS DE SOLIDARIDAD
PROVERBIOS 16:5-20
“Es mejor lo poco del justo que los muchos frutos del
injusto”
Proverbios 16:8
Recientemente en un espacio
devocional una hermana de la congregación, de las más serviciales que conozco,
contó la siguiente historia:
Hace unos días salí temprano de la casa porque tenía
un turno en la clínica dental. Al cruzar el umbral de la puerta tropecé con un
señor que siempre me visita en las mañanas. Él es un hombre muy humilde con el
que comparto cada mañana una taza de café, pero como estaba apurada en esta
ocasión no quise regresar a la cocina y traté de despedirlo con la disculpa de
que no tenía el preciado líquido. Al caminar unos pasos, sentí que me llamaban
y cuando me voltee allí estaba mi vecino que me dijo: mira, me regalaron dos
pesos, ven para comprarte un café. Me emocioné mucho y entre lágrimas descubrí
el mensaje de Dios: su pobreza se transformó en la riqueza del compartir y mi
prisa fue anulada por esta lección de solidaridad.
Así sucede en ocasiones, de quién menos esperamos
aprendemos el mensaje de amor y solidaridad que Dios nos ofrece. Estemos
atentos a las señales de Dios en la voz y en los gestos de los humildes.
Tengamos la sensibilidad para recibir estas señales en medio de nuestras prisas
y ocupaciones.
Oración: Permite Señor del tiempo,
que podamos descubrir tus señales en el rostro de los humildes. Amén
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