Sunday, February 15
The Lord’s Transfiguration
WITH
JESUS, APPEARANCES DO NOT DECEIVE
LUKE
9:28-36
“As he was
praying, the appearance of his face changed, and his clothes became as bright as
a flash of lightning.”
Luke 9:29
A well-known proverb says that appearances
can deceive, but this is not the case with Jesus. His change in appearance in this biblical
text is a clear reflection of his interior, of his communion with the Father, of
his preaching and of his commitment to the Kingdom throughout his pilgrimage on
the earth.
The change in the appearance of Jesus implies a
dialogue between his prophetic tradition and the faithfulness to follow God’s
calling to its ultimate consequences.
This text presents many challenges for us. First, we must be willing to ascend the mountain and to be wide awake
in order to enter into an encounter with the glory of God. The glory is not for us, but for our Lord
Jesus Christ. We are only witnesses to this
glorification. We also need to
understand that we are not the only ones chosen to receive God’s manifestation;
we are only part of that great cloud of witnesses. Lastly, we must descend the
mountaintop and maintain our faithfulness to Jesus and to his plan of abundant
life for all men and women. And above all other things, may our appearance also
be a clear reflection of our response to God’s calling!
Prayer: Lord, help us to do your will, and to practice what we preach about your
Word through our testimony. Help us to be true prophets. Amen.
Transfiguración del Señor
CON JESÚS LAS APARIENCIAS NO ENGAÑAN
LUCAS 9:28-36
“Y mientras oraba, cambió la apariencia de su rostro,
y su vestido se hizo blanco y resplandeciente”
Lucas 9:29
Dice un conocido refrán que las
apariencias engañan, pero con Jesús no sucede así. Su cambio de apariencia
en este texto es un claro reflejo de su interior, de su comunión con el Padre,
de su prédica y de su acción comprometida con el reino durante su peregrinar
por la tierra.
El
cambio de apariencia de Jesús implica un diálogo entre su tradición profética y
la fidelidad al seguir el llamado de Dios hasta las últimas consecuencias Este
texto presenta muchos desafíos para nosotros. En primer lugar, debemos estar
dispuestos a subir el monte y estar bien despiertos para encontrarnos
con la gloria de Dios. La gloria no es para nosotros, sino para nuestro Señor
Jesucristo. Somos solamente testigos de esa glorificación. Debemos además
comprender que no somos los únicos escogidos para recibir la manifestación de
Dios, solo somos una parte de esa gran nube de testigos. Por último, es
necesario bajar del monte y mantener nuestra fidelidad a Jesús y a su proyecto
de vida plena para todos y todas. Y por
sobre todas las cosas ¡Que nuestra apariencia sea también un claro reflejo de
nuestra respuesta al llamado de Dios!
Oración:
Ayúdanos Señor a hacer tu voluntad, y a mostrar con nuestro testimonio lo que
predicamos acerca de tu Palabra. Ayúdanos a
ser verdadero profetas. Amén
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