Wednesday, February 4
FOR GOD’S GLORY ALONE
1 PETER 4: 8-11
“Each one should use whatever gift he has received to serve others,
faithfully administering God’s grace in its various forms.”
1
Peter 4:10
Surely you have heard that some brothers and
sisters will give any excuse in order not to participate in the mission of the
Church: “I am too new to the faith; I
still don’t know what my gift is; I am afraid to pray in public; I’m shy…” and
many other pretexts that we are used to hearing. There are also people who
willingly offer themselves up to serve and who are questioned, by leaders or
members with many years in the community, with expressions such as: “You need
to give it time; You need to learn first; Each to his own.” These comments end up provoking insecurity
and fear to participate due to the possibility of being criticized. What is certain is the Lord has crowned each
one of us with gifts that cannot be contained, which need to be shared. The church community should give everyone the
opportunity to express themselves and to participate in the construction of the
kingdom: some by preaching, others in the ministry of music, others in diaconal
tasks, and others through visitation to the sick and elderly, others in
fundraising, etc. We certainly need to be clear about the fact that no one
ministry is above another. We should set
aside all pride and acknowledge that whatever task we take upon ourselves in
the Church we do only for the glory and honor of God, as it is He who enables
us and sends us to accomplish it.
Prayer: Father, help us to find a way to serve using the gifts that you have
granted us. Help us to be useful
people. Amen.
SOLO PARA LA GLORIA DE DIOS
1 PEDRO 4: 8-11
“Ponga cada uno al servicio de los demás el don
que haya recibido, y sea un buen administrador
de la gracia de Dios en sus diferentes
manifestaciones”
1 Pedro 4:10
Seguramente has escuchado que algunos hermanos o
hermanas brindan cualquier excusa para no participar en la misión de la
Iglesia: “Soy demasiado nuevo en la fe, todavía ni sé cuál es mi don, tengo
miedo a orar en público, soy tímida… y muchos otros pretextos que solemos
escuchar. También se da la situación de personas que brindan su mayor
disposición a servir y son cuestionadas, por líderes o por miembros con muchos
años en la comunidad, con expresiones como estas: “hay que darle tiempo, tiene
que aprender primero, cada uno a lo suyo”. Estos comentarios llegan a provocar
inseguridad y miedo a participar por la posibilidad de recibir una crítica. Lo
cierto es que a cada uno el Señor coronó con dones que no pueden quedarse
encerrados, tenemos que compartirlos. La comunidad debe brindar posibilidad a
todos de expresarse y participar en la construcción del reino: unos predicando,
otros en el ministerio de la música, otros en tareas de diaconía, otros en la
visitación y acompañamiento a los enfermos, otros en la recaudación de fondos,
etc. Lo que sí debemos tener bien claro es que ningún ministerio está por encima
de otro. Debemos despojarnos de todo orgullo y reconocer que cualquier tarea
que desempeñamos en la Iglesia la hacemos sólo para la gloria y honra de Dios,
pues es él quien nos capacita y nos envía a desarrollarla.
Oración: Padre, ayúdanos a
encontrar la manera de servir con los dones que nos has otorgado. Ayúdanos a ser personas útiles. Amén
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