Wednesday, February 4, 2015

Wednesday, February 4 FOR GOD’S GLORY ALONE 1 PETER 4: 8-11

Wednesday, February 4
FOR GOD’S GLORY ALONE
1 PETER 4: 8-11

“Each one should use whatever gift he has received to serve others, faithfully administering God’s grace in its various forms.”

  1 Peter 4:10

Surely you have heard that some brothers and sisters will give any excuse in order not to participate in the mission of the Church:  “I am too new to the faith; I still don’t know what my gift is; I am afraid to pray in public; I’m shy…” and many other pretexts that we are used to hearing. There are also people who willingly offer themselves up to serve and who are questioned, by leaders or members with many years in the community, with expressions such as: “You need to give it time; You need to learn first; Each to his own.”  These comments end up provoking insecurity and fear to participate due to the possibility of being criticized.  What is certain is the Lord has crowned each one of us with gifts that cannot be contained, which need to be shared.  The church community should give everyone the opportunity to express themselves and to participate in the construction of the kingdom: some by preaching, others in the ministry of music, others in diaconal tasks, and others through visitation to the sick and elderly, others in fundraising, etc. We certainly need to be clear about the fact that no one ministry is above another.  We should set aside all pride and acknowledge that whatever task we take upon ourselves in the Church we do only for the glory and honor of God, as it is He who enables us and sends us to accomplish it.


Prayer: Father, help us to find a way to serve using the gifts that you have granted us.  Help us to be useful people.  Amen.

SOLO PARA LA GLORIA DE DIOS
1 PEDRO 4: 8-11

“Ponga cada uno al servicio de los demás el don
que haya recibido, y sea un buen administrador
de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones”
  1 Pedro 4:10

Seguramente has escuchado que algunos hermanos o hermanas brindan cualquier excusa para no participar en la misión de la Iglesia: “Soy demasiado nuevo en la fe, todavía ni sé cuál es mi don, tengo miedo a orar en público, soy tímida… y muchos otros pretextos que solemos escuchar. También se da la situación de personas que brindan su mayor disposición a servir y son cuestionadas, por líderes o por miembros con muchos años en la comunidad, con expresiones como estas: “hay que darle tiempo, tiene que aprender primero, cada uno a lo suyo”. Estos comentarios llegan a provocar inseguridad y miedo a participar por la posibilidad de recibir una crítica. Lo cierto es que a cada uno el Señor coronó con dones que no pueden quedarse encerrados, tenemos que compartirlos. La comunidad debe brindar posibilidad a todos de expresarse y participar en la construcción del reino: unos predicando, otros en el ministerio de la música, otros en tareas de diaconía, otros en la visitación y acompañamiento a los enfermos, otros en la recaudación de fondos, etc. Lo que sí debemos tener bien claro es que ningún ministerio está por encima de otro. Debemos despojarnos de todo orgullo y reconocer que cualquier tarea que desempeñamos en la Iglesia la hacemos sólo para la gloria y honra de Dios, pues es él quien nos capacita y nos envía a desarrollarla.


Oración: Padre, ayúdanos a encontrar la manera de servir con los dones que nos has otorgado. Ayúdanos a ser personas útiles. Amén

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