Sunday, June 8
Pentecost
THE GREAT UNKNOWN
ACTS 2:1-11
“Do not cast me from your presence
Or take your Holy Spirit from me.”
Psalm 51:11
“No, we have not even heard that there is a
Holy Spirit” (Acts 19:2). This was the reply given by the Christians in
Ephesus. But I am afraid that it would
be the same reply given by many Christians today. It has been said, with good reason, that the
Holy Spirit is the great unknown in the Church.
The Jews gave the name of “Pentecost” to the fifty days after the
Passover feasts, especially to the final day of celebration. Pentecost crowns the fifty days of Jesus’ victory
over death, his appearances to the disciples, and his ascension. I wonder:
What can we learn today from this day of celebration? On Pentecost Jesus gives us his Spirit, so
that we can be renewed. When we receive
it and when we all have the same Spirit, we will understand one another, even
if we speak different languages and do not think the same way. And a new
creation will arise. We, who by God’s mercy know that the Holy Spirit exists,
should not allow him to pass us by, but rather we should urge him to push us to
confess God before the world in the only way that is acceptable and
credible: by living our lives as our God
wishes us to live.
Prayer: God of grace, allow the Holy Spirit to
always be our strength, and to impart to us today the same fervor that he
placed in the hearts of the first disciples. Amen.
Día de Pentecostés
EL GRAN DESCONOCIDO
HECHOS 2:1-11
“¡No me despidas de tu presencia,
ni quites de mí tu santo espíritu!”
Salmo 51:11
“Ni siquiera habíamos oído
hablar del Espíritu Santo” (Hch 19:2), esta fue la respuesta que dieron los
cristianos de Éfeso. Pero me temo que esa misma sería la respuesta de muchos
cristianos de hoy. Se ha dicho, y con razón, que el Espíritu Santo es el gran
desconocido en la Iglesia. Los judíos llamaron "Pentecostés" a los
cincuenta días que prolongaban las fiestas pascuales y sobre todo al último de
ellos. Pentecostés culmina los 50 días de victoria de Jesús sobre la muerte,
sus apariciones a los discípulos y su ascensión. Me pregunto: ¿Tendrá algo que
decirnos a nosotros hoy esta fiesta? En Pentecostés Jesús nos entrega su
Espíritu, para que nos renovemos. Cuando lo recibamos y todos tengamos un mismo
Espíritu, nos entenderemos, aunque hablemos diferentes idiomas o pensemos de
manera diferente. Y surgirá la nueva creación. Nosotros, que por la
misericordia de Dios sabemos que existe el Espíritu Santo, debemos impedir que
pase de largo en nuestra vida e instarle a que nos empuje a confesar a Dios
ante el mundo de la única forma que es aceptable y creíble: viviendo como
nuestro Dios, quiere que vivamos.
Oración: Dios de gracia, haz que
el Espíritu Santo sea siempre nuestra fuerza, y que nos comunique hoy el mismo
ardor que puso en los corazones de los primeros discípulos. Amén.
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