Sunday, November 30, 2014

Sunday, November 30 BEGINNING OF ADVENT THE GREATNESS OF GOD PSALM 93

Sunday, November 30
beginning of advent
THE GREATNESS OF gOD
PSalm 93
“The Lord reigns, he is robed in majesty; the Lord is robed in majesty and is armed with strength.”
Psalm 93:1
On this day, as we begin to celebrate that very important liturgical moment that is Advent, I invite you to meditate on the greatness of God.  The ancient Israelites knew how to properly praise the attributes of their God Jehovah, who had revealed himself as the God of liberation and of the Promised Land. Many centuries passed and the people’s understanding of God deepened between the ups and downs of a history that saw them carried off in slavery to various empires and also to separate themselves on numerous occasions from the Lord, who always welcomed their return after their repentance had been announced through their prophets.  Thus, little by little, the Lord also progressively defined himself as a God no longer of vengeance and anger, but of forgiveness and reconciliation.

But what the people of Israel did not have in mind was the definitive revelation of God through his incarnation in a humble child. The maximal greatness that they had praised was now manifested through fragility, humility and simplicity. That was a manifestation of God that not everyone understood, because it is very difficult to combine grandeur with smallness, grandiloquence with simplicity.

Today we too have a hard time understanding God in terms of weakness. This Advent is a new opportunity to try to approach this mystery that uncovers his true power and glory, within the seemingly insignificant.


Prayer: Oh blessed God, thank you for each lesson of greatness that you give us through small things.  Amen.



Inicio del Adviento
La grandeza de Dios
Salmo 93
“Jehová reina: se vistió de magnificencia; Jehová se ciñó de poder. Afirmó también al mundo, y no se moverá”
Salmo 93:1
En este día en el que estamos comenzando ese momento litúrgico tan importante que es Adviento, le invito a que meditemos acerca de la grandeza de Dios. Desde los tiempos antiguos el pueblo de Israel supo colocar los atributos adecuados a su Dios Yavé, que se le había revelado como el Dios de la liberación y la promesa de la tierra. Así pasaron muchos siglos y la comprensión de Dios que tenía el pueblo fue profundizándose entre avatares de la historia que los llevó a ser esclavos de diversos imperios y también a apartarse en numerosas ocasiones de Yavé, quien siempre los recibía de vuelta tras anunciar arrepentimiento a través de sus profetas. Así, poco a poco, Yavé también fue definiéndose como un Dios no ya de las venganzas y la ira, sino del perdón y la reconciliación.
Pero lo que el pueblo de Israel no tenía en mente era la revelación definitiva de Dios a través de la encarnación en un humilde niño. La máxima grandeza a la que habían alabado ahora se muestra a través de fragilidad, humildad y sencillez. Esa fue una manifestación de Dios que no todos comprendieron, porque es muy difícil unir lo grande y lo pequeño, lo grandilocuente y lo sencillo.
También hoy a nosotros nos cuesta trabajo comprender a Dios en términos de fragilidad. Este Adviento es una nueva oportunidad para tratar de acercarnos a ese misterio que descubre el verdadero poder y la gloria, en lo aparentemente más insignificante.

Oración: Oh Dios bendito, gracias por cada lección de grandeza que nos brindas a través de las pequeñas cosas. Amén.



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