Thursday, November 6, 2014

Thursday, November 6 PSALM 62:5-8

Thursday, November 6
A STRONG ROCK
PSALM  62:5-8
“Be my rock of refuge,
A strong fortress to save me!”
Psalm 31: 2b

Have you ever tried to cross the width of a river by jumping from one rock to another?  As long as the stones are close to one another and seem large enough to support our feet, we experience a sense of security, we continue to slowly advance, watching our balance with each jump before taking the next one.  But on some occasions we are paralyzed with doubt or fear, we are uncertain of being able to reach the next rock, we halt our movement, there is neither progress nor satisfaction. At one time or another we have surely found that the rocks let us down, they are not set sturdily enough on the riverbed and this causes us to lose our balance and to get wet. 

The true challenge of the Christian life is similar to this forward movement; it is a true test of faith to have our feet in the air, without support, in the leap of faith that hopes to reach the nearby rock.  We can leap forward and embrace a new vision beyond our insecurities if we have the psalmist’s assuredness:  God is our strong rock and our strength for salvation. 

Many times, belief in God seems to be like jumping with our feet in the air, away from the rock, but even in this instance we can perceive his presence, and feel the security of reaching an immovable support.
Prayer: Our Lord, we need to feel you at all times, in the midst of our doubts or fears, grant that we may acknowledge you as our strong rock. Amen.


UNA ROCA FIRME
SALMO  62:5-8
“¡Sé tú mi roca fuerte y la fortaleza para salvarme! “
Salmo 31: 2b

¿Han tratado alguna vez de cruzar el vado de algún río saltando de roca en roca? Mientras las piedras se hallan cerca una de la otra y parecen lo suficientemente grandes como para apoyar nuestros pies, experimentamos un sentido de seguridad, vamos avanzando lentamente, guardando el equilibrio en cada salto antes de dar el próximo.
Pero en algunas ocasiones la duda o el temor nos paralizan, no estamos seguros de poder llegar a la roca siguiente, detenemos el movimiento, no hay progreso ni satisfacción. Y en alguna que otra ocasión seguramente hemos experimentado que también las rocas nos fallan, no están fuertemente sujetas al lecho del río y esto provoca que perdamos el equilibrio y nos mojemos.
El verdadero desafío de la vida cristiana es como este seguir adelante, es una verdadera prueba de fe el tener los pies en el vacío, sin apoyo, en el salto de fe que espera alcanzar la roca cercana. Podemos lanzarnos y abrazar una nueva visión más allá de nuestras incertidumbres si tenemos la certeza del salmista: Dios es nuestra roca fuerte y fortaleza para salvación.
Muchas veces el creer a Dios suele parecer a este saltar con los pies en el aire, fuera de la roca, pero aún en ese instante podemos percatarnos de su presencia, y sentir la seguridad de alcanzar un apoyo inconmovible.

Oración: Señor nuestro, necesitamos sentirte en todo momento, en medio de nuestras dudas o temores permite reconocerte como nuestra roca fuerte. Amén.

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