Wednesday, December 17
THANK YOU FOR THE WATER
JOHn 4:1-15
“Jesus
answered her, ‘If you knew the gift of God and who it is that asks you for a
drink, you would have asked him and he would have given you living water.’”
John 4:10
A short while ago, as our family sat down to eat,
we asked our little daughter to give thanks for the food. To our great
surprise, the little one thanked God for the water we were about to drink. And it is true that we are often unaware of
the blessing that it is to have water to drink, and we often only declare our
gratitude for food.
Ever since this profound prayer was made by our
daughter we remark among ourselves that giving thanks to God for our water is
another way of confirming our commitment to his care over us. Systems of water purification have been
installed in many of our Presbyterian churches, benefitting thousands of people
in our communities. This is one specific
way of giving thanks to God for our drinking water, by giving it to the people
in good quality. Now when we save each
drop of this precious liquid, when we remember that it is not a renewable
resource and that many people around the world need it and that is why we do
not waste it… we are grateful to God with specific gestures.
Jesus is our living water and this is not an
abstract concept. Jesus is present in
the inexhaustible thirst of each person in the world.
Present: God, you who are
living water, allow us to grow in our commitment with the waters that you have
created. Grant that during this Advent we may deepen our relationship with you,
in order to also become living water for the world. Amen.
Gracias por el agua
Juan 4:1-15
“Si conocieras el don de
Dios, y quién es el que te dice:
“dame de beber”, tú le
pedirías, y él te daría agua viva”
Juan 4:10
Hace
muy poco, reunida la familia a la mesa, le pedimos a nuestra pequeña hija que
diera que gracias por los alimentos. Cuán grande fue nuestra sorpresa al
escuchar a la pequeña agradecer a Dios por el agua que íbamos a beber. Y es
cierto que muchas veces no nos percatamos de la bendición que resulta tener
agua para beber, y declaramos nuestra gratitud sólo por la comida.
A partir de esta profunda oración de nuestra hija
comentamos entre nosotros que dar gracias a Dios por el agua también debe
confirmar nuestro compromiso con su cuidado. En muchas de nuestras Iglesias
presbiterianas se han instalado sistemas de purificación de agua que han
beneficiado a miles de personas en nuestras comunidades, esta es una manera
concreta de agradecer a Dios por el agua, dándola al pueblo con calidad. Cuando
ahorramos cada gota del preciado líquido, cuando recordamos que es un recurso
no renovable y que muchas personas lo necesitan alrededor del mundo y por eso
no lo derrochamos… estamos agradeciendo a Dios con gestos concretos.
Jesús es nuestra agua viva y esto no es un concepto
abstracto. Jesús está presente en la sed inagotable de cada persona en el
mundo.
Oración:
Dios, tú que eres agua viva, permítenos crecer en compromiso con las aguas que
tú has creado. Permite que en este adviento podamos profundizar en nuestra
relación contigo, para convertirnos también en agua viva para el mundo. Amén
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