Sunday, March
9
LET GOD DO HIS WORK
1 CORINTHIANS 3:1-11
“So neither he who plants nor he who waters is anything,
but only God, who makes things grow.”
1 Corinthians 3:7
In our zeal to serve the Lord it is easy to think that we have
the responsibility to produce results. This makes us place too much faith in
our own ability and too little faith God.
Paul observed this tendency in the Corinthian Church. Some of the believers praised Paul’s ministry
to plant seeds in the faith, while others favored Apollo’s ministry, which was
to water those seeds. Paul reminded them
that it is God who makes the seed produce fruits.
Imagine a farmer
sitting on the front porch of his house.
You ask him: What do you do? And he replies: I
work the earth. You ask him: What do
you harvest? He answers: Wheat. Then you reply: But your fields look neither ploughed nor
sown. Aren’t you supposed to be doing something? And the farmer replies: Exactly. That’s what I’m doing; I’m praying
and believing.
This story reminds me
that God does not do our work for us. The best way to serve is by faithfully
planting and watering the seed. Then we have to trust the results to God. We
can plant the seed, but only God can make it produce fruit.
Prayer: Father, we pray that you will give us the strength to act and to hope in
you. Amen.
DEJA QUE DIOS
HAGA SU OBRA
1 CORINTIOS 3:1-11
“Así que ni el que planta, ni el que riega
es algo,
sino Dios que da el crecimiento”
1 Corintios 3:7
En nuestro celo por servir al Señor es fácil pensar
que tenemos la responsabilidad de producir resultados. Esto nos hace poner
demasiada fe en nuestra habilidad y muy poca en Dios. Pablo observó esta
tendencia en la Iglesia de Corinto. Ciertos creyentes ensalzaban el ministerio
de Pablo de sembrar las semillas de la fe, mientras que otros favorecían el de
Apolos, el cual las regaba. Pablo les recordó que es Dios quien hace que la
semilla dé frutos.
Imagínate
un agricultor sentado en el pórtico de su casa. Le preguntas: ¿Qué haces? Y
él contesta: Labrar la tierra. Le preguntas: ¿Qué cosechas? Él
contesta: Trigo. Entonces le replicas: Pero sus campos no se ven
arados ni sembrados, ¿no debería usted estar haciendo algo? Y él contesta:
Así es, lo estoy haciendo, estoy orando y creyendo.
Esta
historia me recuerda que Dios no hará la obra por nosotros. La mejor manera de
servir es sembrando fielmente y regando la semilla. Luego hay que confiar los
resultados a Dios. Nosotros podemos sembrar la semilla, pero sólo Dios puede
dar la cosecha.
Oración: Padre,
te pedimos que nos des la fortaleza de actuar y esperar en ti. Amén.
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