Thursday, March 6th
LET US LEARN HOW TO
FORGIVE
MATTHEW 18:15-22
“Jesus answered, ‘I tell you, not seven times, but
seventy-times-seven times.”
Matthew 18:22
“Seventy-times-seven” was
the hyperbole that Jesus used to symbolize a limitless number. It was no longer
a matter of forgiving up to three times, as commanded by an ancient Jewish
declaration, or even up to seven times, according to a later declaration. It
was necessary to forgive always and every time, thereby nourishing a spirit of
mercy and forgiveness within our hearts.
We need to remember everything that Christ has had to forgive on our
accounts. Even in the model Lord’s Prayer we always ask God to forgive us our
debts, as we forgive our debtors.
Luckily for us, God goes beyond all mathematical
calculations. God forgives much more abundantly than what we do and much more
than what we actually deserve. God forgives because he loves, and his love,
just like his forgiveness, does not have, and cannot have, any limitations for
his human creatures. Let us learn how to forgive others a bit more than
seventy-times-seven.
Prayer: Lord, give us an ability
to forgive that will always remain a part of our lives. Amen.
APRENDAMOS A PERDONAR
MATEO 18:15-22
“Jesús le dijo: No te digo hasta siete,
sino aun hasta setenta veces siete”
Mateo 18:22
Setenta veces siete era la forma hiperbólica con que Jesús simboliza un
número ilimitado. No se trataba ya de perdonar tres veces, como apuntaba una
antigua declaración judía; o quizás perdonar siete veces como señalaba una
declaración posterior. Era necesario perdonar siempre, para de esta forma
alimentar el espíritu de piedad y perdón en nuestros corazones. Recordemos todo
lo que Cristo ha tenido que perdonarnos a nosotros. Aun en la oración modelo no
vacilamos en pedir a Dios perdón para nuestras faltas, en la misma medida en
que nosotros perdonamos a nuestros deudores. Por suerte para nosotros, Dios
supera todo cálculo matemático. Dios nos perdona mucho más abundantemente que
lo que nosotros lo hacemos y mucho más de lo que realmente merecemos. Dios
perdona porque ama, y su amor, al igual
que su perdón, no tiene, o más bien no puede tener, límite para el ser humano.
Aprendamos a perdonar a nuestro prójimo un poco más de setenta veces siete.
Oración: Señor, haz
que la capacidad de perdonar no se aparte nunca de nuestras vidas. Amén.
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