Sunday, March 29
Palm Sunday
PALM BRANCHES AND CLOAKS ARE NOT ENOUGH
MARK 11:1-11
“Those who went ahead and those who followed shouted,
‘Hosanna! Blessed is he who comes in the
name of the Lord!’”
Mark 11:9
We generally feel very enthusiastic when we know we are about to receive
guests. We prepare everything ahead of time, and we do everything possible to
put our visitors at ease. Afterwards,
once they are gone, everything goes back to normal. Perhaps this is what the enthusiastic
multitudes experienced when they cheered Jesus as he was entering Jerusalem.
Were all those who were shouting aware of what they were experiencing in that
moment? Could they imagine that he, whom
they were welcoming with cloaks and palm branches, was the awaited Messiah, the
Son of God?
On this day we are invited to reflect upon whether our own acclamation of
God is a cold ritual or a mere repetition in order to feel that we are part of
a group. With Jesus, the palm branches
and the cloaks are not enough; we must commit our lives to him. May our praise
be the true commitment to the kingdom that he began among us!
Prayer: Forgive us, Lord, when we follow you half-heartedly, when our praise for
you is an empty cry and there is no response of commitment to your kingdom of
righteousness. Help us during this Holy
Week to die with you in order to resurrect with you. Amen.
Domingo de Ramos
PALMAS Y MANTOS NO SON
SUFICIENTES
MARCOS 11:1-11
“Tanto lo que iban delante
como los que iban detrás gritaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre
del Señor!”
Marcos 11:9
Por
lo general nos sentimos muy entusiasmados cuando de recibimientos se trata.
Preparamos todo con anterioridad, y hacemos todo lo posible porque nuestros
visitantes se sientan a gusto. Luego, después de la despedida, todo vuelve a la
normalidad. Quizás esa misma experiencia
vivió la multitud enardecida que aclamó a Jesús en su entrada a Jerusalén.
¿Estarían todos los que le vitoreaban, conscientes de lo que estaban viviendo
en ese momento? ¿Podrían imaginar que aquel, a quien recibían con mantos y
palmas, era el esperado Mesías, hijo de Dios?
El día de hoy nos invita a reflexionar en que
nuestra aclamación a Dios no debe ser un ritual frío, o mera repetición para
sentirnos parte de un grupo. Con Jesús, las palmas y los mantos no son
suficientes, es preciso entregar nuestras vidas a él. ¡Que nuestra aclamación
sea el verdadero compromiso con el reino que él inauguró entre nosotros!
Oración:
Perdónanos Señor, cuando te seguimos a medias, cuando nuestra aclamación a ti
es una grito vacío y no una respuesta comprometida con tu reino de justicia.
Ayúdanos en esta semana santa a morir contigo para resucitar contigo. Amén
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