Tuesday, March 10
the syrophoenician woman
Mark 7: 24-30
Then he told her, “For such a reply, you may go; the demon has left your
daughter.”
Mark 7:29ª
What a mother is capable of doing for a son or daughter is something
incredible. How did that woman find out that Jesus was in her city? It is a mystery. What is certain is that she went off to find
Jesus with the assurance that this healing teacher about whom people were
speaking could heal her daughter. But
she not only went in search of him, she also knew how to overcome the obstacles
that presented themselves by the fact that she was not Jewish, she was a
“Gentile.”
There are problems and difficulties which arise daily and with which we
must struggle. But if we own the same
decisiveness as this Syrophonecian woman, we will surely be able to resolve
many of them. Oftentimes our own prejudices limit us and keep us from making
correct decisions, we ourselves thereby becoming the main problem.
Approach the Lord today and present your worries to Him; and you will
surely be able to hear Him say: “For
such a reply, you may go in peace.”
Prayer: Lord,
wherever we raise barriers, you destroy them with your love and your peace. Help
me to rid myself of everything that impedes my drawing near to You with all
confidence to present my problems and concerns before You. Amen.
La mujer sirofenicia
Marcos 7: 24-30
Entonces Jesús le dijo “Por esto que has dicho,
puedes irte tranquila…”
Marcos 7:29ª
Lo que una madre es capaz de
hacer por un hijo o una hija, es algo increíble. ¿Cómo aquella mujer se enteró
que Jesús estaba en la ciudad? Es un misterio. Lo cierto es que ella fue a
buscar a Jesús con la seguridad de que aquel maestro sanador del que hablaban
podría sanar a su hija. Pero no sólo lo va buscar, sino que también supo vencer
los obstáculos que se le presentaban por el hecho de no ser ella judía, sino
una “gentil”.
A diario se nos presentan problemas y dificultades
con los cuales tenemos que lidiar. Pero si tenemos la misma decisión, que tuvo
esta mujer sirofenicia, seguramente muchos de ellos podrán ser resueltos.
Muchas veces los propios prejuicios nos limitan y nos impiden tomar las
decisiones correctas; convirtiéndonos nosotros mismos en el principal problema.
Acércate hoy al Señor y preséntale tus
preocupaciones; y seguramente también podrás escuchar de El: “Por esto que has
dicho puedes irte tranquila o tranquilo”.
Oración: Señor, dónde nosotros
levantamos barreras, tú las derribas con tu amor y tu paz. Ayúdame a eliminar
todas las cosas que me impidan acercarme a Ti con toda confianza a presentarte
mis problemas y preocupaciones. Amén
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