Sunday, November 8
THE WRONG KIND OF GROWTH
Mark 12:38-44
“Be careful
not to do your ‘acts of righteousness’ before men, to be seen by them.”
Matthew 6:1
We do not always find a healthy growth within
our churches, among the leadership and the congregations. In spite of the clear
teaching and constant calling to humility in the gospels, and to not exalt
ourselves, the inner sinfulness that often dominates us tends to make us pretentious
and arrogant. We then run the risk of
trying to impose our criteria and reasoning, which are not always correct. We
reject the positions of other people and consider them invalid. And in many cases, we put our attitudes on
pompous display with a tone of self-admiration.
The gospels remind us that anything that we do for
self-praise or in search of personal recompense will not be honored by our
heavenly Father. God wants us to pray in secret in our homes and not in front
of others offering pretentious prayers that make the most recent newcomers feel
incapable of uttering a single amen in public.
God wants for our charitable acts to go without public commentary or
commendation, but rather to allow the beneficiaries to be those who give thanks
to the Lord for having used us his instruments.
Growing in spirituality requires a high dose of material
humility. A high level of that type of
spirituality is not reached by aspiring to public recognition or advantage or
conveniences to accommodate our lives.
We must grow in the Spirit, following the example of Jesus.
Prayer: Lord, remove
my selfishness and the constant desire to stand out and to be praised by
others.
CRECER EQUIVOCADAMENTE
Marcos 12:38-44
“Cuidado con hacer sus obras de justicia
sólo para que la gente los vea”
Mateo 6:1
No
siempre encontramos un crecimiento sano dentro de las iglesias, dentro del
liderazgo y de las congregaciones. A pesar de que la enseñanza es bien clara y
el llamado constante en los evangelios es a la humildad, a no enaltecerse uno
mismo, el pecado interno que muchas veces nos domina tiende a hacernos
presuntuosos y arrogantes, entonces corremos el riesgo de pretender imponernos
con nuestros criterios y razonamientos, no siempre acertados, de no aceptar las
posiciones de otras personas por considerarlas no válidas y, en muchos casos, a
hacer gala pomposa de nuestras actitudes con tono de auto-admiración.
Los
evangelios nos recuerdan que nada de lo que hagamos en sentido de auto-alabanza
y en busca de una recompensa personal será gratificado por nuestro Padre
celestial. Dios espera que oremos en secreto en nuestras habitaciones y no
delante de la gente haciendo oraciones rebuscadas que hacen que el más reciente
congregado se sienta incapaz de proferir ni tan siquiera un amén en público;
Dios espera que nuestras acciones caritativas no sean materia de comentarios
para que otros reconozcan nuestras buenas acciones, sino dejar que sean los
beneficiarios quienes den gracias al Señor por habernos utilizado como sus
instrumentos.
Crecer
en espiritualidad requiere una alta dosis de humildad material. No se alcanza
un grado alto de ese tipo de espiritualidad aspirando a reconocimientos
públicos y ventajas o bienestares con las que acomodar nuestra vida. Hay que
crecer en el Espíritu, a la manera de Jesús.
Oración: Señor, aleja de mí el
egoísmo y el deseo constante de sobresalir y ser alabado por los demás.
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