Wednesday, November 4
REMAIN IN HIS
LOVE
John 15:9-12
“Love always
protects, always trusts, always hopes, always perseveres.”
1 Corinthians
13:7
The author of
a book I read many years ago said that the act of love is the satisfaction of
needs. When a need is satisfied, it is not in the way that we understand it; it
should be the person served who defines the real necessity. Otherwise, we could end up patting ourselves
on the back thinking that we have done a lot when in reality whatever we’ve
done has not resolved the real problem. I now understand that loving is much
more than satisfying needs; one can be altruistic and satisfy most of
humanity’s needs, but the apostle Paul knows that this can be done without
having love, and then it’s useless. Love
is condoling, empathetic, without being a burden, but rather compassionate. And love hopes all, and endures all. That
kind of love is the type to which we should aspire, so that we can then take it
to others.
Jesus turns
the old command to love one’s neighbor into something new. The evangelist realizes this when he speaks
of a “new command,” and the new thing here is not the command in itself, but
its degree, its intensity, to the point of saying: “As I have loved you, so you must love one another.”(John 13:34) “My
command is this: Love each other as I have loved you.” (John15:12) It is a
love which knows no limits, a love that requires true compassion for one’s
neighbor, whoever this person may be, regardless whether it is a stranger, a
Samaritan like in the case of the parable. Such love requires loving even an
enemy; helping him and treating him as that which he is in essence: a human being bearing the image of the
creator God.
Prayer: Lord, you
have given us love to the point of giving up your own life. Make us into worthy followers, and faithful
disciples who love others as we love ourselves.
PERMANECER EN SU AMOR
Juan 15:9-12
“El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta”
1 Corintios 13:7
Un autor de un libro que leí hace muchos años
decía que amar es satisfacer necesidades. Cuando se satisface una necesidad no
es a la manera que la entendamos, debe ser la persona a servir quien defina
cuál es su real necesidad, de lo contrario podemos auto-alabarnos pensando que
hemos hecho mucho cuando en realidad lo logrado no resuelve el verdadero
problema. Hoy reconozco que amar es mucho más que satisfacer necesidades; se
puede ser altruista y satisfacer las mayores necesidades de la humanidad, pero
el apóstol Pablo reconoce que eso puede hacerse y no tener amor, y entonces, de
nada sirve. El amor se conduele, sufre juntamente con, no es una lástima, sino
compasión; y como amor, todo lo espera, todo lo soporta. A esa clase de amor es
a la que debemos aspirar, para luego poderla llevar a otros.
Jesús hace del antiguo mandato de amar al
prójimo algo novedoso. De ello se da cuenta el evangelista cuando habla de un
´mandamiento nuevo´, y aquí lo novedoso no es el mandato en sí, sino su grado,
su intensidad, al decir: “que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn
13:34; 15:12). Es un amor que no conoce barreras, un amor que demanda
realmente compadecerse del prójimo, quienquiera que este sea, no importa si es
un extraño, un samaritano como el caso de la parábola; tal amor demanda incluso
que se ame al enemigo, que se le auxilie y se le trate como lo que en esencia
es: un ser humano en quien va marcada la imagen del Dios creador.
Oración: Señor, tú nos has
amado al punto de dar tu propia vida. Haznos dignos seguidores, discípulos
fieles que entregan el ser por amor a sus semejantes.
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