Friday, February 16
Anniversary of the Jerusalem Church in Jaguey Grande
Celebration of the Dependent Church in Marianao
LISTENING TO
THE VOICE OF GOD
REVELATION
3:14-22
Look, I am standing at the door and
knocking. If any hear my voice and open the door,
I
will come in to be with them, and will have dinner with them,
and they will have dinner with me.
Revelation 3:20 CEB
We
live in a world in which people converse constantly. But do we stop to listen and understand what
the other person wants to say without interrupting? The answer would be no, because we live in a
world where we do not listen, and therefore, do not understand. This happens when we desperately want to
listen to the voice of God and understand what God wants to tell us. We want God to listen to us, but we don’t
stop talking long enough to be able to hear His voice.
How
many times have you stopped to listen to the song of the birds? To hear is to use the sense of hearing. To listen is to hear with attention
added. If you learn to listen to others,
you will learn to listen to yourself, to meditate and delve into the truths of
life, to grow internally. It is in
silence that you analyze, create, understand, invent, decide. If you know how to listen, you will also know
how to respect. The person who listens
assumes an attitude of love and peace.
Learning to keep silent is a great virtue. People who know how to listen
are always on the path of perfection, in their search they will arrive at the
true understanding of things. That’s
why, when we ask ourselves how to find God, it will be only through His voice,
where He expresses the essence of the divine.
Then all that is subtle, all that comes from the depths of His voice
will reach our hearts.
Prayer: Oh God, as we begin the season of Lent,
we ask you to fill our beings with the patience to be able to listen for your
voice. May your voice be in charge of
providing knowledge and love to our hearts, so we are able to do your
will. Amen.
Translation by Deborah
McEachran
Aniversario
de la Iglesia “ Jerusalén”( Jagüey Grande)
Celebración
de la Iglesia dependiente en Marianao
Escuchar la voz de Dios
Apocalipsis 3:14-22
He aquí, que yo estoy
parado a la puerta y llamo;
si alguno oyere mi
voz, y abriere la puerta,
entraré en a él, y
cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 3:20
Vivimos en un mundo en el cual
las personas conversan constantemente. Pero, ¿acaso nos detenemos a escuchar y
comprender a la otra persona lo que nos quiere decir, sin interrumpir? La
respuesta sería no, porque vivimos en un mundo donde no escuchamos y, por lo
tanto, no comprendemos. Eso nos sucede cuando desesperadamente queremos
escuchar la voz de Dios y entender lo que Dios nos quiere decir. Queremos que
Él nos escuche, pero no lo dejamos entrar en nosotros para poder oír Su
voz.
¿Cuántas veces te has detenido a
escuchar el canto de los pájaros? Oír es hacer uso del sentido del oído.
Escuchar es oír poniendo además, atención. Si aprendes a escuchar a los demás,
aprenderás a escucharte a ti mismo, a meditar y profundizar en las verdades de
la vida, a crecer interiormente. Es en silencio cuando analizas, creas,
comprendes, inventas, decides. Si sabes escuchar, sabrás también respetar. La persona que
escucha asume una actitud de amor y paz.
Aprendiendo a guardar silencio y a escuchar llegarás a descubrir la maravillosa
armonía que existe en la creación de la cual
tú también eres parte. Debemos aprender
a hablar poco y a escuchar mucho. Saber escuchar es una gran cualidad. El que
sabe escuchar está siempre en el camino de la perfección, y en su búsqueda
llegará hacia la verdadera comprensión de las cosas. Por eso, cuando nos
preguntemos cómo encontrar a Dios, será sólo a través de Su voz, donde se
exprese la esencia de lo divino. Entonces, todo lo que es sutil, todo lo que
provenga desde la profundidad de Su voz, llegará a nuestros corazones.
Oración: ¡Oh Dios, al comenzar la Cuaresma te pedimos que llenes
nuestro ser de paciencia para poder escuchar Tu voz. Que ella sea la encargada
de proveer de sabiduría y amor a nuestros corazones y podamos así hacer Tu
voluntad. Amén.
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