Saturday, February 10
SHARING THE PERFUME
JOHN 12:1-11
Then Mary took about
a pint of pure nard, an expensive perfume;
she poured it on
Jesus’s feet and wiped his feet with her hair.
The house was filled
with the fragrance of the perfume. (NIV)
John 12:3
What a gesture was
that of Mary to bathe Jesus’s feet with a costly perfume! I understand this
action to be one of total dedication and faithfulness to the Nazarene. Mary was
captive of an emotional outburst wherein the calculation of the cost of the
perfume was secondary to the desire to show her devotion to the Son of God.
She poured all the
perfume, keeping no part for herself.
She gave everything to Jesus.
By this gesture we’re
invited to break all the emotional ties and be free to glorify our Lord, giving
the maximum of ourselves. We have received an enormous vial of gifts that we
can use to bring those who are in the desolation of their spiritual and
physical lives closer to the presence of God. If not shared, these gifts are
ruined and atrophy. The more we share the perfume of the gifts and the good
news of Jesus with our fellow man, the more we will be perfumed by his presence
in us.
The blessing of this
sharing of our talents is that there’s no danger of impoverishment, just the
opposite; there will be a growth of our abilities.
Prayer: Jesus, today I will
free myself from those ties that don’t allow me to glorify your name and serve
you with my life. Amen.
Translation by John Walter
COMPARTIENDO
EL PERFUME
JUAN
12:1-11
María
trajo unos trescientos gramos de perfume
de
nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús;
luego
se los secó con sus cabellos.
Y toda la casa se llenó del aroma del perfume.
Juan
12:3
¡Qué
gesto el de María! Echar un perfume costoso a los pies de Jesús. Entiendo en
esta acción una entrega total y fidelidad al Nazareno. María fue presa de un
arrebato emotivo donde el cálculo del costo del perfume queda en segundo plano
delante del deseo de mostrar su devoción al Hijo de Dios.
Echó todo
el perfume, no se guardó una parte para sí. Dio todo para Jesús.
En
este gesto nos está invitando a romper las ataduras emocionales y ser libres
para glorificar a nuestro Señor dando lo máximo de nosotros. Recibimos un
enorme frasco de dones que los podemos usar para acercar la presencia de Dios a
aquellos que están en la desolación du su vida espiritual y física. Estos dones
recibidos si no son compartidos se estropean y atrofian. Cuanto más compartimos
con nuestros semejantes el perfume de los dones y la buena noticia de Jesús,
más seremos perfumados por su presencia en nosotros. Lo bueno de este compartir
de nuestros talentos es que no hay peligro de empobrecimiento, sino todo lo
contrario, habrá un crecimiento de nuestras capacidades.
Oración:
Jesús, hoy me libraré de aquellas ataduras que no me dejan glorificar tu
nombre y servirte con mi vida. Amén.
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