Thursday, May 23
SMILE!
PSALM
27:1-3
The
Lord is my light and my salvation.
Should I fear anyone?
Psalm 27:1a (CEB)
For some time, I
have been observing a neighbor on my block.
Her smile has been erased from her face.
She used to be a smiling person whose happiness was contagious, a person
who always had a smile for everyone no matter the circumstances. She was a
person who encouraged others, who supported others and especially looked out
for their interests. Nevertheless,
something happened. Something must have
happened in her life that caused her to lose that smile that had been unique
and that more than one had envied in a healthy way.
We all go through those times in which
the last thing we want to do is smile, those moments in which we feel that
nothing will satisfy us, times when even though we want to smile, it does not
appear. In these moments I am sure that
God wants to again see this smile on our faces, and it is precisely there where
we get attached to this state of being:
we don’t talk to anyone, we stop praying. It is as if sadness takes us by assault, and
under the weight of it we want to get rid of this feeling, but we can’t.
In these moments there are always people
who want to help us, but we separate ourselves from them. Nevertheless, God wants to draw a beautiful
smile on our face. God wants us to know that no matter what the circumstances,
God has always been at our side. And
although things might not come out the way you hoped, this means that God’s
plans are better than the ones you had. Smile because you are valuable, smile
because God chose you, smile because in your most difficult moments God has
held onto your hand, smile because God has not forgotten you, smile with the
assurance that God is working in your favor.
Prayer; Thank you
Jesus, for your promise to be with us all our days until the end. In your name we pray, Amen.
Translation by
Deborah McEachran
¡SONRÍE!
SALMO 27:1-3
Jehová es mi luz y mi salvación;
¿de quién temeré?
Salmo 27:1
Desde hace algún tiempo vengo observando a una vecina de mi cuadra. Su sonrisa
se le ha borrado del rostro. Era una persona sonriente, que contagiaba alegría,
una persona que siempre tenía una sonrisa para todos a pesar de cualquier
circunstancia que estaba pasando. Una persona que animaba a los demás, que
apoyaba y, sobre todo, que velaba por el interés de los demás. Sin embargo,
algo pasó. Algún suceso en su vida tuvo que pasar para que de pronto fuera
perdiendo aquella sonrisa que la hacía ser única y que más de uno envidiábamos
de sana manera.
Y es que todos pasamos por esos momentos en los que lo menos que
queremos hacer es sonreír, esos momentos en los cuales sentimos que nada nos
satisface, en los que por más que queramos esa sonrisa anhelada no aparece. En
esos momentos estoy seguro de que es en los que más Dios desea ver nuevamente
esa sonrisa en nuestros rostros; y es precisamente ahí donde más nos apegamos a
ese estado de ánimo: no hablamos con nadie, dejamos de orar. Es como si la
tristeza nos tomara por asalto, y a pesar de querer renunciar a este
sentimiento que nos ata, no podemos. En estos momentos siempre hay personas que
nos quieren ayudar, pero nos alejamos de ellas. Sin embargo, Dios quiere
dibujar una hermosa sonrisa en nuestro rostro, quiere que sepamos que no
importan las circunstancias, Él siempre ha estado a nuestro lado. Y aunque las
cosas no salieron como esperabas, eso significa que sus planes son mejores que
los que tú tenías. Sonríe porque vales, sonríe porque Él te escogió, sonríe
porque en tus momentos más duros su mano te ha sostenido, sonríe porque Él no
se ha olvidado de ti, sonríe con la seguridad de que Dios está actuando en tu
favor.
Oración: Gracias Jesús, por tu promesa de estar con
nosotros todos los días hasta el fin. En tu nombre oramos, Amén.
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