Thursday, March 19, 2020

Thursday, March 19 INVOKE THE DIVINE NAME PSALM 86: 1-5


Thursday, March 19
INVOKE THE DIVINE NAME
PSALM 86: 1-5

The Lord is near to all who call on him,
to all who call on him in truth.  (NIV)
Psalm 145:18

In the experience of faith, the believer feels God is closer to him when he is called, when his name is invoked in search of support. In this pursuit, there’s a condition that becomes an important element: sincerity.                        


One cannot call upon God by routine, or believing that it works by a magic formula. What’s important is the sincere heart in search of mercy, with humility, but with the certainty that only God can fill our existential emptiness, whatever its nature may be.  

In our lives today there’s no reason why we cannot continue asking and calling upon God. If we approach him with faith and trust, the Lord will listen to our prayer and will show his mercy. Let us await God’s time, his Kairós is not always ours, since he knows far better what times and means are more appropriate to shower his abundant blessings upon his creatures.    

Prayer: We praise you, Lord, for your greatness; for your love toward your sons and daughters; for listening to us and responding when we call you. May your name always be blessed. Amen.  

Translation by John Walter



Marzo 19, jueves
INVOCAR EL NOMBRE DIVINO
SALMO 86: 1-5

El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad”

Salmo 145:18

            En la experiencia de fe el creyente siente que Dios está más cerca cuando se le llama, cuando se invoca su nombre en busca de ayuda. En esta búsqueda hay una condición que se hace importante elemento: la sinceridad.

            A Dios no se le puede invocar por rutina, o creyendo que funciona como fórmula mágica. Lo importante es el corazón sincero en busca de misericordia, humildemente, pero con la certeza de que solo Dios puede llenar nuestros vacíos existenciales, de cualquier índole que estos puedan ser.

            No existe razón alguna por la que no podamos seguir pidiendo e invocando a Dios en nuestro medio de hoy. Si acudimos a Él con fe y confianza el Señor escuchará nuestra oración y mostrará su misericordia. Esperemos a los “tiempos de Dios”, su Kairós no es siempre el nuestro, pues Él conoce mejor qué tiempos y modos son los más apropiados para derramar sus bendiciones abundantes sobre sus criaturas.

Oración: Te alabamos Señor por tu grandeza, por tu amor hacia tus hijos e hijas, por escucharnos y respondernos cuando te invocamos. Sea tu Nombre bendito por siempre. Amén.

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