Thursday, March 5, 2020

Thursday, March 5 FAITHFUL 1st JOHN 3:1


Thursday, March 5
FAITHFUL
1st JOHN 3:1

For God so loved the world that he gave his only Son,
so that everyone who believes in him may not perish but may have eternal life

John 3:16 (NRSV)

            Waiting for the arrival of a baby is always an exciting event; it fills us with joy and great expectation. There are also concerns about the details to be resolved about everything that involves having a small member in the family which often means that each member looks forward to the arrival of that being loved since its conception.

            A while ago a mother commented that in her natural maternity, she had grasped the meaning of God’s infinite love. For the first time, she said, Jesus’ words were in sync with her own words.  She also experienced fear in thinking of all the events, some happier than others, that her little girl would encounter in her long journey through this life.

            Seeing it this way, thinking of God’s sacrifice in sending us his only begotten son, is a clear proof of how much the Father loves us. And that sacrifice is not a one time thing, but repeats itself day by day in order to show us his love and compassion. With the same anxiety that a mother awaits the arrival of her children, God waits for us to receive him in our hearts and recognize him as the only and absolute savior, a faithful and loving father.

Prayer: Father, thank you for giving us the miracle of life and salvation through your son Jesus. Amen.

Translation by John Potter

Marzo 5, Jueves
FIEL
1RA JUAN 3: 1
Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda mas tenga vida eterna.
Juan 3:16
            Esperar la llegada de un bebé es siempre un acontecimiento emocionante; nos llena de gozo y de una gran expectación, también aparecen preocupaciones sobre los detalles a resolver por todo lo que implica tener un pequeño miembro en la familia, que a menudo colabora pues cada miembro espera con igual ansiedad la llegada de ese ser que se ama desde su concepción.
            Una madre comentaba hace un tiempo, como en su naturaleza maternal había captado lo que representa el infinito amor de Dios. Por vez primera, decía, las palabras de Jesús se confundían con sus propias palabras. También sentía temor al pensar en todos los acontecimientos, unos más felices que otros, por los que debería atravesar su pequeña hija en su largo viaje por esta vida.
            Viéndolo así, pensar en el sacrificio de Dios al enviarnos a su único hijo unigénito, es una prueba fehaciente de cuanto nos ama el Padre. Y el sacrificio no es único, sino que se repite de día en día para mostrarnos su amor y compasión. Con la misma ansiedad que espera una madre la llegada de sus hijos, espera Dios que le recibamos en nuestros corazones y lo reconozcamos como único y absoluto salvador, padre fiel y amoroso.
Oración: Gracias Padre por regalarnos el milagro de la vida y la salvación a través de tu hijo Jesús. Amén.

No comments:

Post a Comment