Wednesday, March 4
HE BELIEVED . . .
AND IT WAS RECKONED TO HIM AS RIGHTEOUSNESS
ROMANS 4: 1-5
if you do not doubt
in your heart, but believe that what you say will come to pass,
it will be done for
you
Mark 11:23b (NRSV)
It is said that on one occasion
Napoleon Bonaparte was reviewing his troops when, suddenly, his horse reared
up. A soldier threw himself bravely forward and grabbed the animal by the
bridle and brought it to the emperor. On receiving his horse back, Napoleon
addressed the brave soldier, “Thank you, my captain!” That soldier resolutely
asked, “In what regiment?” “In my personal guard,” came the reply.
And that soldier reported to the
commander of the personal guard presenting himself as a captain. “By whose
order?” asked the commander eyeing that foot soldier. His reply: “By order of
the Emperor Napoleon Bonaparte.” And indeed, from then on he was received with
that military rank. That soldier had the courage to believe the words that were
spoken to him, and that changed the entire course of his life.
Without a doubt, this illustration
should encourage us to put our trust in the many promises of the Word of God
that are intended to strengthen our faith and encourage us in our Christian
life. But do we believe God?
Prayer: Lord, strengthen our faith and help us to believe and to
live trusting in you. May our journey with you never be disturbed by doubts but
be surrounded by the aura of your power. We pray in Jesus’ name. Amen.
Translation
by John Potter
Marzo
4, miércoles
CREYÓ… Y LE FUE CONTADO POR JUSTICIA
ROMANOS 4: 1-5
…y no duda en su corazón, sino que cree que será hecho lo que di-ce, lo
que diga le será hecho
Marcos 11:23b
Se cuenta que en una ocasión
Napoleón Bonaparte pasaba revista a sus tropas cuando, de repente, su caballo
se encabritó. Un soldado se lanzó valientemente y agarró al animal
sosteniéndole por el freno, y lo trajo al emperador. Napoleón, al recibir de
vuelta su caballo, le dijo al bravo soldado: -gracias, mi capitán.
Resueltamente aquel preguntó: -¿de cuál regimiento? -de mi guardia personal.
Y aquel soldado se reportó al
comandante de la guardia personal presentándose como capitán. -¿Por orden de
quién? Preguntó el comandante viendo a aquel soldado raso. Y este replicó: -por
orden del emperador Napoleón Bonaparte. Y efectivamente, fue recibido desde
entonces con tal grado militar. Aquel soldado tuvo el valor para creer las
palabras que le fue-ron dichas, y eso cambió el curso de su vida posterior.
Sin dudas esta ilustración nos debe
animar a poner nuestra confianza en las tantísimas promesas de la Palabra de
Dios que tienen como finalidad fortalecer nuestra fe y alentarnos en nuestra
vida cristiana, pero ¿le creemos a Dios?
Oración: Señor,
aumenta nuestra fe, ayúdanos a creer y a vivir confiando en Ti, permite que
nuestro caminar contigo no sea perturbado por las dudas sino que se vea rodeado
del resplandor de tu poder. En el nombre de Jesús. Amén.
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