Saturday,
October 4
LET US CLOSE UP THE WOUNDS
MATTHEW 18:15-22
“Again, I tell you that if two of you on earth agree about anything you
ask for, it will be done for you by my Father in heaven.”
Matthew 18:19
There is a general belief that it is very
difficult, if not almost impossible, to forget an offense. The saying:
“I forgive, but I do not forget” expresses this quite well. Some people
carry bitterness and resentments to the point where the victims turn into
perpetrators. It is true that forgiveness is a process requiring
acknowledgement of the error and the commitment to not repeat it, but once we
have decided to forgive an offense, we should be honorable and give the other
person the opportunity to begin anew. If
we leave behind open wounds, we would be denying ourselves the possibility to
rebuild a friendship, to salvage a love relationship, to begin a new stage in a
relationship.
God is
calling us to reconcile ourselves without skipping stages, but with the
willingness to look ahead, to forgive and to begin anew. This is the only way that we will feel the
peace that flows from the heart, the peace of reconciliation.
Prayer: Merciful God, help us to acknowledge our
responsibility in conflicts, instead of always blaming others. Grant that we may be capable of forgiving and
reconciling ourselves until our wounds and those of others have healed. Give us the peace of reconciliation and
forgiveness. In the name of Jesus, who invited us to always and forever forgive.
Amen.
CERREMOS
LAS HERIDAS
MATEO
18: 15-22
“Otra
vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo
en la
tierra acerca de cualquier cosa que pidan,
les será
hecho por mi Padre que está en los cielos”
Mateo
18:19
Existe una creencia generalizada de que resulta muy
difícil, casi imposible piensan algunos, olvidar una ofensa. El refrán:
“Perdono, pero no olvido” muy bien lo expresa. Algunas personas cargan rencores
y resentimientos a tal punto que de víctimas se convierten en victimarios. Es
cierto que el perdón es un proceso que requiere del reconocimiento del error y
el compromiso a no repetirlo, pero una vez que hemos decidido perdonar una
ofensa, debemos ser cabales y brindarle al otro o a la otra la posibilidad de
comenzar una nueva historia. Si dejamos abiertas las heridas, estaríamos
negándonos la posibilidad de reconstruir una amistad, salvar un amor, comenzar
una nueva etapa en una relación.
Dios nos
está haciendo un llamado a reconciliarnos sin saltar etapas, pero con la
disposición de mirar hacia adelante, perdonar y comenzar de nuevo. Sólo así
sentiremos la paz que brota del corazón, la paz de la reconciliación.
Oración: Dios
misericordioso, ayúdanos a reconocer nuestra responsabilidad en los conflictos,
en vez de estar culpando siempre a los demás. Permite que seamos capaces de
perdonar y reconciliarnos hasta que nuestras heridas y la de los demás hayan
sanado. Danos la paz de la reconciliación y el perdón. En el nombre de Jesús,
que nos invitó a perdonar infinitamente. Amén
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