Sunday, October 5
World Communion Sunday
Anniversary of the “Príncipe de Paz” Church in Caibarién
THE CELEBRATION OF UNITY AROUND HIS TABLE
MATTHEW 26:17-29
“Holy Father, protect them by the power of your name—the name you gave me—so
that they may be one as we are one.”
John 17: 11b
I remember when I was a little girl that my father
never let me take my dinner plate to sit in front of the TV. Dinnertime was sacred. Everyone had to sit down at the table, and he
loved to watch us eat. Today I am grateful to him, because that was a very
special time that I recall with great nostalgia: the stories around the dinner
table, the jokes, etc.
As we
celebrate communion in our churches we remember what is known as the Last
Supper of Jesus. The teacher’s ministry
was marked by banquets, a celebration of unity around a table, the signs of his
kingdom of love and righteousness. The sacrifice
of Jesus on the cross commits us to continue building that kingdom that he
inaugurated among us. God calls us to continue making room at our table in
order to live the life of unity to which we were called. God calls us to share our bread in a way that
is fair for all men and women. God calls
us to share and celebrate in one and the same spirit as Jesus did with the men
and women who sat around his table. Judas attempted to break up the communion
on that occasion. But you and I know that the communion continues. Let us maintain the unity among ourselves,
and everyone with the Father. May the sharing of the bread and the wine become
a daily and eternal reality in our lives.
Prayer: Our God, do not allow anything to distract us
in our relationship with you: neither television, nor consumerism, nor the
desire for power, nor money… Grant that we maintain the same communion that
Jesus desired for us!
Día de Comunión Mundial
Aniversario de la IPR “Príncipe de Paz” (Caibarién)
LA FIESTA DE UNIDAD ALREDEDOR DE SU MESA
MATEO 26:17-29
“Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu
nombre, para que sean uno, así como nosotros”
Juan 17: 11b
Recuerdo que cuando era pequeña, mi padre nunca me
dejaba tomar el plato de comida en la mano y sentarme frente al televisor. El
horario de la comida era sagrado. Todo el mundo debía sentarse a la mesa, y a
él le encantaba vernos comer. Hoy se lo agradezco, porque ese era un momento
muy especial que recuerdo con gran nostalgia: las historias alrededor de la
mesa, los chistes, etc. Al celebrar la
comunión en nuestras iglesias recordamos la llamada última cena de Jesús. El
ministerio del maestro estuvo marcado por los banquetes, la fiesta de unidad
alrededor de la mesa, las señales de su reino de amor y justicia. El sacrificio
de Jesús en la cruz, nos compromete a seguir construyendo ese reino que él
inauguró entre nosotros. Dios nos llama a continuar haciendo sitio en nuestra
mesa para vivir la unidad a la que fuimos llamados. Dios nos llama a compartir
el pan de manera justa para todos y todas. Dios nos llama a compartir y
celebrar en un mismo espíritu como lo hacía Jesús con sus discípulos y
discípulas alrededor de la mesa. Judas pretendió romper la comunión en aquella
ocasión. Pero tú y yo sabemos que la comunión continúa. Mantengámonos unidos, y
todos con el Padre. Que el compartir del pan y el vino sean una realidad
cotidiana y eterna en nuestras vidas.
Oración: Dios nuestro, no permitas que nada nos distraiga en nuestra relación
contigo: ni el televisor, ni el consumismo, ni el ansia de poder, ni el dinero…
¡Qué mantengamos la misma comunión que Jesús deseó para nosotros!
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