Sunday,
October 19
Lay
Ministry Day
ANSWER ME WHEN I CRY OUT TO YOU
PSALM 102
“Turn your ear to me; when I call, answer me
quickly.”
Psalm 102:2.
Truthfully,
many of my prayers sound like that. I
know how to pray correctly in front of other people: without making any demands
of God, without giving deadlines or ultimatums; without hoops to jump through
to prove God’s power. But when I am alone with God, I am sometimes more
impatient. Come on, God, answer me right
now!
A while back I was a student in Villa Clara and there I met a guy, then I
returned to Havana and when I went back to the central region after summer
vacation, I sadly found out that my “first love” had a girlfriend. On my way back home I kept hearing sad songs
about those broken dreams. In one of
them, a husband finds himself with an old girlfriend and after a brief
conversation, she leaves and he goes off with his wife, thanking God that those
prayers had not been answered: the ones where he had been certain that his old
calling was his destiny. The song’s refrain spoke to me then and still does
today: “At times the greatest gifts from
God are our unanswered prayers.” I would
prefer for God to answer quickly, but at times, He has other plans. And I have to wait.
Prayer: Lord, teach us to wait patiently in you, and to always be thankful for
your answers, no matter what they are.
Amen.
Día del Ministerio Laico
RESPONDE CUANDO TE LLAMO
SALMO 102
“Inclina a mí tu oído;
respóndeme pronto cuando te
llame.”
Salmo 102:2.
Sinceramente, así son muchas
de mis oraciones. Sé cómo orar de la manera correcta delante de otras personas.
Sin demandas a Dios, sin poner plazos ni dar un ultimátum; sin aros que
atravesar para demostrar el poder de Dios. Pero estando a solas con Dios, a
veces soy un poco más impaciente. ¡Vamos, Dios, contesta ahora mismo!
Hace tiempo fui a estudiar
a Villa Clara y allí conocí a un muchacho, luego regresé a La Habana y cuando
volví de vacaciones otra vez a la región central descubrí con melancolía que mi
"primer amor" tenía novia. De regreso a casa una y otra vez escuché
canciones tristísimas de esas de sueños rotos.
En una de ellas, un esposo se encuentra con una novia anterior y después
de una breve conversación, ella se aleja y él se va con su esposa, agradeciendo
a Dios que no contestara aquellas oraciones, en las que él estaba seguro de que
aquella vieja llama sería su destino. El estribillo de la canción me habló
entonces y todavía lo hace hoy: “A veces los mayores dones de Dios son las
oraciones no contestadas”. Prefiero que Dios se dé prisa pero, a veces, Él
tiene otros planes. Y tengo que esperar.
Oración: Señor, enséñanos a esperar
pacientemente en ti, y agradecer siempre tus respuestas, sean cuales sean.
Amén.
No comments:
Post a Comment