Friday, December 18
THE IDEAL
CAPTAIN
Mark
4:35-41
“¡Rouse
yourself! Why do you sleep, O Lord,
Awake, do
not cast us off forever.”
Psalm
44:23 y 26
Accustomed to fishing in the Sea of Galilee, Jesus’
disciples were true professionals who were aware of all the hazards of that place
surrounded by mountains. For those men, crossing to the other side was no
problem. Jesus could count on their experience and rest easy after the trials
of the day.
The Lord took his place in the rear of the boat
as a passenger, and not as its captain, until the moment when the furious gathering
seas obliged them to wake their Master.
Doesn’t the same thing happen to us as well when
we rely on our experience to resolve the situations before us? By his grace the
Lord allows things to happen in ways we had not foreseen, and we have no other
recourse than to ask for his assistance. When it comes to raising our children,
for example, when they’re still small one believes oneself to be a good
teacher, but when they reach adolescence there are conflicts, and then we find
ourselves obligated to ask the Lord for his help.
Let us invite Jesus to be the captain of our
boat, not just a simple passenger.
Prayer: Oh Lord,
let me always think of you as captain, in command of my life.
Translated
by John Walter
EL CAPITÁN
IDÓNEO
Marcos 4:35-41
“¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes? ¡Levántate,
ven a ayudarnos y, por tu gran misericordia, sálvanos!”
Salmo 44:23 y 26
Acostumbrados
a pescar en el lago de Genesaret, los discípulos de Jesús eran verdaderos
profesionales que conocían todas las trampas de ese lugar rodeado de montañas.
Pasar al otro lado no suponía un problema para esos hombres. Jesús podía contar
con los conocimientos de ellos y descansar tranquilo después del cansancio del
día.
El
Señor se instaló al fondo del barco como un pasajero y no como su capitán,
hasta el momento en que los elementos enfurecidos los obligaron a despertar a
su Maestro.
¿No
nos sucede a nosotros también que contamos con nuestra experiencia para
enfrentarnos a las situaciones que se nos presentan? En su gracia, el Señor
permite que las cosas no sucedan como habíamos previsto, entonces no nos queda
otra salida que pedirle socorro. En cuanto a la educación de los hijos, por
ejemplo, cuando todavía son pequeños, uno se cree buen educador; pero en la
adolescencia a menudo hay conflictos y entonces nos vemos obligados a pedirle
ayuda al Señor.
Tomemos
a Jesús en nuestra barca como nuestro capitán y no como un simple pasajero.
Oración: Oh Señor, permíteme
tenerte siempre como capitán, al mando de mi vida.
No comments:
Post a Comment