Sunday, December 20
Fourth Sunday of Advent
FROM THE
ORDINARY TO THE EXTRAORDINARY
Luke
1:39-45
“I was in
the spirit on the Lord’s day,
and I
heard behind me a loud voice”
Revelation
1:10
There are just a few days left before Christmas.
The tale of Mary’s visit to her relative Elisabeth strikes us as an ordinary and
customary thing, because, what is there extraordinary about two women greeting
one another, who aren’t among those we pretentiously call “prominent figures?” Nevertheless,
in some way we would say that it has to do with the first encounter between
Jesus and John the Baptist. Except that they were in the wombs of two pregnant
women at the time.
God is acting from within the bodies of these
two women, inviting us to observe how divine power transforms them. Elizabeth
understands that God is doing great things in Mary. The inconsequential youth
from Nazareth is, in reality, the most important woman in world history. Her
presence elicits joy and gaiety. Mary is great because she has believed,
because she has totally surrendered herself to God when He called her. Mary
knew in whom she trusted, and that He would fulfill everything He promised her.
God is also acting within each of us,
transforming the ordinary into the extraordinary. Trust Him.
Prayer: Lord, I ask that you send Him whom you must,
to transform my life and to realize extraordinary things in me.
Translated by John Walter
Cuarto Domingo de Adviento
DE LO ORDINARIO A LO EXTRAORDINARIO
Lucas 1:39-45
“En el día del Señor quedé bajo el poder del Espíritu,
y detrás de mí oí una fuerte voz…”
Apocalipsis 1:10
Faltan
pocos días para celebrar la Navidad. El relato de la visita de María a su
parienta Elisabet pasaría como un hecho ordinario o costumbrista, pues ¿qué de
extraordinario tiene que dos mujeres, que no son de esas que pretenciosamente
llamamos “personalidades”, se saluden? Sin embargo, de alguna manera diríamos
que se trata del primer encuentro entre Jesús y Juan el Bautista, solo que a
través de los vientres de dos mujeres embarazadas.
Dios
está actuando desde dentro de los cuerpos de estas mujeres, y todo nos invita a
observar cómo la fuerza divina las transforma. Elisabet comprende que Dios está
haciendo cosas grandes en María. La joven insignificante de Nazaret es, en
realidad, la mujer más importante de la Historia. Su presencia hace saltar de
alegría y de entusiasmo. María es grande porque ha creído, porque se ha
entregado totalmente a Dios que la ha llamado. María ha sabido en quién
confiar, y todo lo que Dios le ha prometido se cumplirá.
También
Dios está actuando en cada uno de nosotros, transformando lo ordinario en
extraordinario. Confía en Él.
Oración: Señor, te suplico que
envíes al que has de enviar, para que transforme mi vida y haga en mí cosas
extraordinarias.
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