Wednesday, December 30, 2015

Wednesday, December 30 ANNA THE PROPHETESS Luke 2:36-40

Wednesday, December 30
ANNA THE PROPHETESS
Luke 2:36-40

“Immediately his mouth was opened,
 and he began to speak praising God”

Luke 1:64

Anna, as well as Judith, was a widow; and like Deborah a prophetess.  Anna married young, spent seven years married, became a widow and continued dedicating herself to God until she was 84 years old. Today, in nearly all of our churches, there are many women of the “third age,” many of them widows who are very faithful. How many women like Anna do we know at church?! And we owe our first faith steps to some of them. 

The text says that Anna arrived at the temple at the moment in which Simeon embraced the child and said to Mary, his mother, “Your son has come so that many may either fall or rise in Israel. It will be a sign many will reject….” Luke suggests that Anna was a participant in that moment. Anna’s mien was one of faith. She saw a child in the arms of its mother and discovered in him the Savior of the world. Do you know anyone like Anna who has the air of faith concerning life’s things?

Anna represents all older women, especially those who are alone, widows or not, those who have health issues and scant pensions, those who ask themselves why God is still keeping them alive. Life is mysterious; the designs of God are as well. May we do as Anna did, the widow and prophetess, by praising God and proclaim the joy and hope of living, because God loves us.  

Prayer:  Lord, I’m going to tell everyone, as Anna did, that the Child of Bethlehem is the Savior we await.

Translated by John  Walter


ANA, LA PROFETISA
Lucas 2:36-40

“En ese mismo instante, se le destrabó la lengua
y comenzó a hablar y a bendecir a Dios”

Lucas 1:64

Ana, al igual que Judit, era una viuda; y al igual que Débora, era profetisa. Ana se casó joven, vivió casada siete años, se quedó viuda y siguió dedicándose a Dios hasta los 84 años. Hoy, en casi todas nuestras iglesias, abundan las mujeres de la tercera edad, muchas de ellas viudas, que son muy fieles, ¡cuántas mujeres como Ana conocemos en la iglesia! y a algunas de ellas le debemos nuestros primeros pasos en la fe.

El texto dice que Ana llegó al templo en el momento en que Simeón abrazaba al niño y le decía a María su madre: “Tu hijo ha venido para que muchos en Israel caigan o se levanten. Será una señal que muchos rechazarán…”. Lucas sugiere que Ana participó en ese momento. La mirada de Ana fue una mirada de fe. Vio a un niño en los brazos de su madre y descubrió en el al Salvador del mundo. ¿Conoces a personas como Ana, que tienen una mirada de fe sobre las cosas de la vida?

Ana representa a todas las mujeres mayores, especialmente a las solas, viudas o no, a las que tienen problemas de salud y pequeña jubilación, a las que se preguntan por qué Dios todavía nos mantiene vivas, por acá. La vida es misteriosa, los designios de Dios también. Hagamos como la viuda y profetisa Ana, podemos alabar al Señor y anunciar la alegría y la esperanza de vivir, porque Dios nos quiere.


Oración: Señor, voy hablarle a todo el mundo. Como Ana, que el Niño de Belén es el Salvador que esperamos.

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