Wednesday, December 2, 2015

Wednesday, December 2 A TIME OF HOPE Isaiah 25:6-10a

Wednesday, December 2
A TIME OF HOPE
Isaiah 25:6-10a

“I look for your deliverance, O LORD.”

Genesis 49:18

We are in Advent, which is a prelude to the coming of Jesus to our earth.  It is a time of hope.

Within the so-called “small revelation of Isaiah,” we encounter this message about the ultimate good tidings for all peoples, who will be gathered together at a divine feast. Above all else, the prophet is a man with a great capacity for sensing history in the past as well as in the present, but with a definite face towards the future.

Whatever the present situation is for each one of us in any society, there is always hope for a follower of Jesus; a much better future than our present reality always awaits us.  In the Old Testament, that better future is frequently described by the prophets as “a feast of rich food, a feast of the finest of wines”.  The prophet Isaiah adds that this feast will not produce a “hangover,” or cause any ill feeling afterwards, in those who eat and drink abundantly, because it will be celebrated in a stage of history in which “the Lord will wipe away the tears from all faces and He will annihilate death forever”. The Lord is so great that the day will come when, with a great dilation of hearts, some men will say: “This is our God!  This is the Lord we have awaited! We will rejoice and be glad in his salvation!”  Jesus of Nazareth has come to fulfill this sublime and hope-laden task.

Let us be glad and rejoice in the salvation that he brings us because the hand of the Lord will rest upon this earth.

  
Prayer: Lord, guide me on the path that leads toward Bethlehem.


TIEMPO DE ESPERANZA
Isaías 25:6-10a

“¡Tu salvación espero, oh Señor!”

Génesis 49:18

Estamos en Adviento, que preludia la venida de Jesús a nuestra tierra. Es tiempo de esperanza.

Inserto en el llamado “pequeño apocalipsis de Isaías”, nos encontramos con este anuncio sobre la suerte final de todos los pueblos, que serán convocados a un festín divino. El profeta es antes que nada un hombre con una gran capacidad de olfatear la historia tanto en su pasado como en su presente, pero eso sí, de cara al futuro.

Sea la que sea la situación actual de la sociedad, de cada uno de nosotros, siempre hay esperanza para un seguidor de Jesús, siempre nos queda un futuro mucho mejor que nuestra realidad actual. En el Antiguo Testamento, ese futuro mejor, con frecuencia, los profetas lo describen como “un festín de manjares suculentos, un festín de vinos refinados”. El profeta Isaías añade que ese festín no producirá “resaca”, malestar posterior, en los que coman y beban en abundancia, porque se celebrará en un estadio de la historia en el que “el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y aniquilará la muerte para siempre”.

Tan grande es el Señor, que llegará el día donde con una dilatación enorme del corazón, algunos hombres dirán: “¡Este es nuestro Dios! ¡Éste es el Señor a quien hemos esperado! ¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación!” Esta sublime y esperanzadora tarea la viene a realizar Jesús de Nazaret.

Alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae porque la mano del Señor reposará en este mundo.

Oración: Señor, guíame en el camino que conduce hacia Belén.



No comments:

Post a Comment