Thursday, June 15, 2017

Thursday, June 15 WE REJOICE IN THE LORD Philippians 3:1-3

Thursday, June 15
WE REJOICE IN THE LORD
PHILIPPIANS  3:1-3

Furthermore, my brothers and sisters, rejoice in the Lord…

Philippians  3:1

It’s not always easy to appear and to feel oneself full of joy. At times it seems like the boat of our existence is navigating in an ocean of difficulties, setbacks, and failures. And the port of happiness as if it were drawing ever away from us.

There are some things in life that make us joyful, and others that bring sadness. We prefer to be happy; a mood of joyfulness  even contributes to our health. But for our joyfulness to be genuine and constructive, it needs a good foundation as a base, and a good objective as its goal.

If we really have trust in God we can claim victory before life’s failures..We can smile, even with tears in our eyes, and we can feel content and secure, although we may be surrounded by pain and threats. How is this possible? Yes, it is possible, but not because of ourselves, but rather when we rejoice in the Lord. He is the perennial source of joy. God has never said that our journey would be free from difficulties. Just the opposite, discipleship implies sacrifices, renunciation, constant effort, crosses to bear.  Nevertheless, when we submit to God and to his service, our lament can transform itself into dance; and even when it is still a lament, we will experience it with the joy of having God in our hearts.

Prayer:  Lord, may our weeping not deprive us of the desire to thank you and to be joyful in your company. Help us to flood our lives with joy so as to be able to share it with others. Amen.

Translated by John Walter


REGOCIJAOS EN EL SEÑOR
FILIPENSES 3:1-3

Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor.

Filipenses 3:1

No siempre es fácil mostrarse y sentirse uno lleno de gozo. A veces, parece como que el barco de nuestra existencia navegara en un océano de dificultades, de contrariedades y de fracasos. Y el puerto de la felicidad como que se alejara.

En la vida hay algunas cosas que nos producen regocijo y otras que nos traen tristeza. Preferimos estar alegres. Un estado de ánimo de regocijo hasta contribuye a nuestra salud. Pero para que el regocijo sea genuino, sano y constructivo, debe contar con un buen fundamento como base y con un buen objetivo como propósito.

Si realmente tenemos confianza en Dios, podemos cantar victoria frente a los fracasos de la vida, podemos sonreír aun con lágrimas en los ojos, y podemos sentirnos contentos y seguros aunque estemos rodeados de dolor y amenazas. ¿Cómo es posible esto? Sí, es posible, pero no por nosotros mismos, sino cuando nos regocijemos en el Señor. Él es la fuente perenne de gozo.

Dios no nos ha dicho que nuestro camino esté libre de dificultades. Al contrario, el discipulado implica sacrificios, renuncias, esfuerzo constante, cruces a cargar. Sin embargo, cuando nos rendimos a Dios y a su servicio nuestro lamento puede transformarse en danza y aún cuando siga siendo lamento, lo viviremos con el gozo de tener a Dios en nuestro corazón.



Oración: Señor, permite que nuestro llanto no nos quite las ganas de agradecerte y gozarnos en tu compañía. Ayúdanos a inundar nuestra vida de alegría para poder compartirla con otros y otras. Amén. 

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