Thursday, June 8
You Are that Man!
2 Samuel 12:1-13
David said to
Nathan, "I have sinned against the LORD."
Nathan said to
David, “Now the LORD has put away your sin; you shall not die.” (NRSV)
2 Samuel 12:13
This story confronts us with several difficult situations
and at the same time gives us models for how we can live our lives today. The
prophet Nathan denounced the injustice that King David had committed in
assassinating Uriah the Hittite. Nathan has done nothing more nor less than
confronting David face to face in such a manner that David pronounces judgment
against himself. It takes extreme courage to do what Nathan did. He didn’t care
about the danger to which he exposed himself when he denounced the evil deed of
his king, but only about speaking in God’s name. Neither did he consider
whether he would lose his privileges as court prophet, which certainly enjoyed
certain benefits. The prophet put his sense of justice, inspired by God
himself, before everything else.
For us today, such fidelity to God’s Word and such commitment
to justice has become an enormous challenge which leads to timidity and second
thoughts, failing transparency and obedience to God’s voice regardless of the
cost. For us, it seems strange that a king, whose attributes are commonly
considered to be an iron fist and intransigence, would so easily accept
responsibility as well as repent of the evil he had done.
Starting today, let’s take with us these two qualities of
the new human which God wants to forge: the prophetic courage to denounce, and
the ability to accept our responsibility when we fail God and neighbor.
Prayer: Lord, teach us to work in such a way that, together with
our brothers and sisters, we may know how to fulfill your will. Amen.
Translation by
John Potter
Tú eres ese hombre
2 Samuel 12:1-13
David le respondió a Natán: “Reconozco que he pecado
contra el Señor.” Y Natán le dijo: “El Señor ha
perdonado
tu pecado y no vas a morir”
2 Samuel 12:13
Esta historia nos coloca
frente a varias situaciones difíciles y a la vez ejemplares por las que también
hoy podemos pasar en nuestras vidas. El profeta Natán denuncia la injusticia
que ha cometido el rey David al asesinar al Urías heteo. Natán lo ha hace nada
más y nada menos que de frente a frente con el rey, y de tal manera que el
propio David expresa juicio contra sí mismo. Se requiere una extrema valentía
para hacer lo que el profeta Natán. Él no atiende el peligro al que se expone
cuando denuncia la maldad de su rey, sólo habla en nombre de Dios. Tampoco
calcula si ha de perder sus privilegios como profeta de la corte, que
seguramente disfrutaba de ciertas comodidades. El profeta pone antes que todo
su sentido de justicia inspirado por Dios mismo. Para nosotros hoy tal
fidelidad a la palabra de Dios y tal compromiso con la justicia vienen a ser un
desafío enorme que acaba con tibiezas y dobles raceros, para fallar a favor de
la transparencia, la obediencia a la voz de Dios, sin importar los costos. Por otra
parte nos encontramos con la reacción de David ante la crítica. Para nosotros
resulta muy extraño que un rey, cuyos atributos comunes son la mano dura y la
intransigencia, acepte tan fácilmente la responsabilidad y además se arrepienta
del mal que ha hecho.
En este día que comienza
llevemos con nosotros estas dos cualidades del nuevo ser humano que Dios quiere
forjar: la valentía profética de denuncia, y la capacidad de aceptar nuestra
responsabilidad cuando le fallamos a Dios y al prójimo.
Oración: Señor, enséñanos a obrar de tal manera que junto a
nuestros hermanos y hermanas sepamos cumplir tu voluntad. Amén.
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