Monday,
July 17
FAITHFUL TO THE PATH
HEBREWS 10:26-31
If we make the decision to sin after we receive the knowledge of the
truth,
there isn’t a sacrifice for sins
left any longer.
Hebrews 10:26 (CEB)
When
my children fight among themselves, first I ask them what is going on. Then I listen to each side of the argument and
finally I invite them to forgive one another with a hug and to continue
playing. Many times, the instigator of
the fight confesses that he didn’t do it on purpose, which brings rapid
reconciliation. Children are very
sensitive to injustices that are meted out on purpose. When we catch them at fault, they lower their
head and say nothing, only wanting the moment to pass. In the same way, when they are called out for
doing something they did not do, they react with sadness and disappointment
because they don’t understand why people whom they love and in whom they trust
are acting in an unjust way.
As
adults, we Christians are always exposed to the possibility of doing evil. At times we do evil unconsciously, and, even
worse, we at times consciously do something incorrect or unjust. In either case, when we become aware of what
has happened, we can repent and ask forgiveness from God and from the one we
have offended. Many times, we also have
the chance to repair the damage that we have created. The certain thing is that if, after knowing
The Truth, we distance ourselves from God, we will have retreated and gone a
dangerous distance from the path and a meaningful life. If we accept living in the hands of God, surely,
He will have to speak to us and we will have to listen to him. When we listen to him, we can say: “Here we
are, Lord, to do your will.”
Prayer:
Bless us, Lord, so that we are delivered from sin and evil, and may act,
speak and think according to your will. Amen.
Translation by Deborah McEachran
FIELES AL CAMINO
HEBREOS 10:26-31
Porque si seguimos pecando intencionalmente
después de haber conocido la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados.
Hebreos 10:26
Cuando mis hijos se pelean les pregunto qué está pasando.
Luego escucho los argumentos de las dos partes y finalmente les invito a
perdonarse con un abrazo y a seguir jugando. Muchas veces el promotor de la
pelea confiesa que no lo hizo a propósito, lo que trae una pronta
reconciliación. Los niños son muy sensibles a las injusticias que sufren de
forma intencional. Cuando los sorprendemos en alguna falta, bajan la cabeza y
no dicen nada, solo quieren que pase el momento. Así también ante un llamado de
atención que no merecían, reaccionan con tristeza y decepción porque no
entienden por qué las personas que aman y en las cuales confían actúan de
manera injusta.
Ya adultos, los cristianos siempre estamos expuestos a
obrar mal. A veces lo hacemos de manera inconsciente; y hasta peor aún,
conscientemente hacemos lo que es incorrecto o injusto. En cualquier caso,
cuando tomamos conciencia de lo que ha pasado, tenemos la oportunidad de
arrepentirnos y pedir perdón a Dios y a quien hemos ofendido. Muchas veces también
tenemos la ocasión de reparar el daño que hemos cometido. Lo cierto es que, si
después de conocer la Verdad nos apartamos de Dios, habremos retrocedido y
tomado una peligrosa distancia de un camino y una vida con sentido. Si
aceptamos vivir en las manos de Dios seguramente Él ha de hablarnos y hemos de
escucharle. Cuando le escuchemos podernos decir: Aquí estamos Señor para hacer
tu voluntad.
Oración: Bendícenos Señor, de tal manera
que alejados del pecado y el mal podamos hacer, decir y pensar según tu
voluntad. Amén
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