Saturday, July 1
A FAMILY FOR THE LONESOME
PSALM 68:5-6
God gives the
desolate a home to live in
Psalm 68:6a (NRSV)
Many people live complaining about their loneliness and
fervently desire companionship. It is true that shared challenges fare better,
but consider how many people live surrounded by others and still experience the
same feelings of loneliness and abandonment. Today’s invitation is to reflect
on the family that God gives to those who are alone, who are sick and in
crisis. God never abandons us, but always sends his angels who care for us.
When many people think about the church, they think only
about attending Sunday worship, but that is only a part of it. The Church is a
family of sisters and brothers who have responded to the calling of Jesus
Christ as Lord, and we come together to learn and to serve in communion with
one another. Prayer groups and Bible studies are vital to the communion of a
church.
Try not to limit yourself to going to listen to the sermon
on Sunday, but take part in the life of the church and know that it is also the
family that God gives you to help you face crises and to bear burdens. If you
haven’t attended church regularly, begin now. Search out sisters and brothers
with whom you can identify, with whom you can talk and find the support you
need.
Prayer: Thank you, God of the family, for the angels who have helped
me on the path of life. Thank you for giving me a family and the Church as a
family of faith. Amen.
Translation by John Potter
UNA FAMILIA PARA LOS SOLITARIOS
SALMO 68:5-6
Dios hace habitar en familia a los desamparados
Salmo 68:6
Muchas personas viven
quejándose por su soledad y añoran fervientemente una compañía. En realidad,
los retos compartidos se enfrentan mejor, pero pensemos en cuántas personas
viven rodeadas de gente y perciben el mismo sentimiento de soledad y abandono. La
invitación de hoy es a reflexionar en esa familia que Dios da a los solitarios,
a las personas enfermas y en crisis. Él nunca nos abandona, siempre envía sus
ángeles que tienen cuidado de nosotros.
Cuando muchos piensan en
la iglesia, lo hacen solo en asistir al culto de adoración del domingo. Pero
eso es solo una parte. La iglesia es una familia de hermanas y hermanos que
hemos respondido al llamado de Jesucristo como Señor y que venimos juntos para
aprender y servir en comunión. Los grupos de oración o de estudios bíblicos son
vitales para la comunión de una iglesia.
Procura no limitarte a
ir a escuchar el sermón del domingo, participa de la vida de la iglesia y
siente que esa también es la familia que Dios te da para ayudarte a enfrentar
las crisis y sobrellevar las cargas.
Si no has estado
asistiendo a la iglesia regularmente, comienza ya. Busca hermanas y hermanos
con los que puedas identificarte, con los que puedas hablar y encuentra así el
apoyo que necesitas.
Oración: Gracias Dios de la familia, por los ángeles que
me han cuidado en el camino de la vida. Gracias por darme una familia y a la
iglesia como familia de la fe. Amén.
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