Wednesday, July 5, 2017

Wednesday, July 5 CHRISTIAN FIGHTERS Deuteronomy 1: 34-46

Wednesday, July 5

CHRISTIAN FIGHTERS
DEUTERONOMY 1: 34-46

The LORD said to me, "Say to them,
'Do not go up and do not fight, for I am not in the midst of you;
otherwise you will be defeated by your enemies.'"

Deuteronomy 1:42 (NRSV)

How many struggles have you gotten into knowing from the beginning that they were a lost cause? How many times did you win, and how many did you lose?

In every walk of life, be it in the Church, at work, in family or social relationships, we are confronted with problems that are often battles. The question is, for what and for whom are we struggling? What motivates us, selfishness or pride? Can we perhaps put the problem into God’s hands in prayer and seek his guidance?

The truth is that the major part of the problems we face, our battles in other words, are those that we create ourselves, seeking our own benefit at times. These battles that we wage because of selfishness or pride are not blessed by God, and their consequences are sorrowful and lead to suffering and to innocent victims.

As Christians, it would be good if we were to consider the words of Moses to the people of Israel, this warning that only those struggles that defend life and human dignity in love, respect and mercy, are those which God blesses and which have positive outcomes. God is the one who calls us to battles in which he wants us involved.

Let us be Christian fighters, but be careful! Fighting and struggling are not the same as quarreling. To fight is to face injustice and to take to heart the teachings of Jesus. Those struggles are always for the good.

Prayer: Lord, help me to fight without losing heart and by taking strength from you. Amen.

 Translation by John Potter


CRISTIANOS LUCHADORES
DEUTERONOMIO 1: 34-46
Pero el Señor me dijo que les advirtiera: no vayan a pelear;
no se expongan a que sus enemigos los derroten,
pues yo no estoy con ustedes.
Deuteronomio 1:42
¿En cuántas luchas te has metido, a sabiendas ya desde el principio que era una batalla perdida? ¿Cuántas veces ganaste y cuántas perdiste?
En todas las índoles de la vida, sea en la iglesia, el trabajo, la familia o las relaciones en la sociedad, nos enfrentamos con problemas que muchas veces son luchas. La pregunta es ¿Por qué y por quién luchamos? ¿Qué nos mueve: el egoísmo o el orgullo? ¿Acaso ponemos el problema en oración en las manos de Dios y buscamos su guía?
La verdad es que la mayor parte de los problemas que enfrentamos, es decir nuestras luchas, las generamos nosotros mismos, a veces buscando salir beneficiados. Todas estas luchas que llevamos adelante por egoísmo o por orgullo, no son bendecidas por Dios y las consecuencias siempre son dolorosas y conllevan sufrimientos y víctimas inocentes.
Como cristianos sería bueno que tuviéramos en cuenta las palabras de Moisés al pueblo de Israel, esta advertencia de que solo aquellas luchas que defienden la vida y la dignidad humana en el amor, respeto y misericordia, son las que Dios bendice y en las cuales las consecuencias son positivas. Dios es el que nos llama a las luchas en las que Él quiere que nos involucremos. Seamos cristianos luchadores, pero ¡cuidado! Luchar no es lo mismo que pelear. Luchar es enfrentar la injusticia y ponerles el corazón a las enseñanzas de Jesús, y esas luchas son siempre para bien.
Oración: Ayúdame Señor, a luchar sin desmayar poniendo la fuerza en ti. Amén.


No comments:

Post a Comment