FRIDAY, APRIL 18
Good Friday
SUFFERING AND GLORY
ISAIAH 53:5-12
“He was pierced for our transgressions,
He was crushed for our iniquities...” Isaiah
53:5
After watching the reactions
of the South Africans to the death of their leader Nelson Mandela on television , I questioned
our traditional interpretation of the final act of our earthly existence. Those
dancing men and women transmitted a lively message more in sync with the
Christian faith in the resurrection than with the concept of tragedy and disgrace we usually associate death.
This made me think that, facing death, the
final balance is more in favor of achievement than of error. Human
suffering is incarnated within the figure of a servant, including that of a
dishonorable death. But its pain can be
overcome because this form of death is acceptable, it is innocent, it is for others
and it ends in victory. The death of Jesus Christ is a victorious death,
preparing us for the most intimate communion with God, with others and with the
universe. The full significance of his death became clear
with a life that ended with a great affirmation: “It is
finished.” The cross, a symbol of
humiliation and suffering, is transformed by a powerful act of God into glory
and triumph.
Prayer: God of Life, through the Passion of Christ, our Lord, you have
destroyed death, sanctify and protect us always. Amen.
Viernes Santo
SUFRIMIENTO Y GLORIA
ISAÍAS
53:5-12
“Él fue herido por nuestras rebeliones,
fue golpeado por nuestras maldades.” Isaías 53:5
Tras ver por televisión
las imágenes sobre las reacciones del pueblo sudafricano ante la muerte de su
líder Nelson Mandela, me cuestioné la interpretación que tradicionalmente
hacemos del acto final de nuestra existencia terrenal. Aquellos hombres y
mujeres danzando me transmitieron un vivo mensaje mucho más en sintonía con la
prédica cristiana de la fe en la resurrección, que ese concepto de tragedia y
desgracia, tan arraigado con que solemos rodear a la muerte. Esto me hizo
pensar que, de frente a la muerte, el balance final está más a favor de los
logros que de las equivocaciones. En la figura del ciervo se encarna el
sufrimiento humano, incluido el de la muerte deshonrosa. Pero el dolor se
supera, porque la muerte es aceptada, es inocente, es por otros y termina en
victoria. La muerte de Jesucristo es una muerte victoriosa, nos prepara para la
comunión más íntima con Dios, con los demás y con el universo. Así, porta pleno
sentido por cuanto la vida es acabada con esta gran afirmación: “Todo está
cumplido”. La cruz, símbolo de humillación y sufrimiento, se transforma por
la acción poderosa de Dios en gloria y triunfo.
Oración: Dios de la Vida, que por
la Pasión de Cristo, nuestro Señor, has destruido la muerte, santifícanos y
protégenos siempre. Amén.
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