Friday, April 4, 2014

FRIDAY, APRIL 4 PSALM 6

FRIDAY, APRIL 4
GOD IS WITH US ALWAYS

PSALM 6

“Be merciful to me, Lord, for I am faint;
O Lord, heal me, for my bones are in agony”
Psalm  6:2

Anguish and fear begin in the mind, but they move into the entire body, as if to remind us that we are one in body and mind. Fear does not remain in our minds or in our hearts; it advances and invades even our legs and our muscles.  When we say “my legs are trembling,” we are referring to the sort of fear that invades and paralyses us.  Any of us who have experienced this will never forget it! It is at such a moment that the psalmist invokes the Lord, but at the same time he feels that God has abandoned him.  But when we feel that God has abandoned us, is it the Lord who is far away or is it that we have shut ourselves off from his presence? The Lord Jesus himself felt that the Father had abandoned him as he was facing the cross.  It is possible that, at such a given moment or within a limited experience of this kind, we become painfully aware of our own weakness.  In that case the difficult moment can become a blessing.   Let us not forget that.

Prayer: Lord, allow the psalmist’s voice to guide our steps. Amen.


 DIOS SIEMPRE ESTÁ CON NOSOTROS

SALMO 6

“Señor, ten compasión de mí, pues me siento sin fuerzas.
Señor, devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla”
Salmo 6:2
La angustia y el temor comienzan en la mente, pero se trasladan a todo el cuerpo, como recordándonos que somos una unidad. El miedo no queda en la mente o el corazón, avanza y se instala también en las piernas y los músculos. Cuando decimos: “me  temblaron las piernas”, estamos haciendo referencia  a ese miedo que nos invade y nos paraliza. ¡Quienes hemos vivido esa experiencia no la olvidamos nunca! Es en un momento como ese que el salmista invoca al Señor, pero a la vez siente que Dios lo ha abandonado. Cuando sentimos realmente la presencia del Señor nos llenamos de fuerzas. Pero cuando sentimos que Dios nos ha abandonado, ¿es que el  Señor está lejos o somos  nosotros los que nos hemos cerrado a su presencia? El mismo Señor Jesús sintió que el Padre lo había abandonado al enfrentarse a la cruz. Eso sí, puede ocurrir también que un momento o experiencia límite de este tipo, nos devuelva la conciencia de nuestra propia debilidad. En ese caso el momento difícil puede ser de bendición. No lo olvidemos.


Oración: Señor, permite que la voz del salmista guíe nuestros pasos. Amén.  

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