Monday, July 7
IN YOUR OWN GARDEN
MATTHEW 13:44
“The Kingdom of Heaven is like a
treasure hidden in a field…”
Matthew 13:44
There is an old story about a man named Ali
Facid. He had only his family and a
small farm. One day a monk said to him: You
know, there are very valuable stones called diamonds, and if you obtain one of
these, you can become a very wealthy man. Ali Facid spent that night
thinking about the monk’s words. He felt
that he needed to find these stones. He
sold his farm, left his family with his neighbors and went in search of those
acres filled with diamonds. Months
passed and he felt broken in body and spirit. He had already spent all his
savings and in the bay of Barcelona, he desperately threw himself into the
water. Meanwhile, the man who had bought
his farm picked up a small stone from the garden one day. Later the old monk returned to the farm and
when he saw that the stone was a diamond, he said: Ali
Facid must have returned from his search.
The farmer replied: No, I was
fixing up the garden in this farm that I bought and found it in there.
Brothers and sisters, on occasion we waste
time on a ceaseless search for what will make us happy, when we already have it
in our garden: our home, our church.
Prayer: Our God, help us to value the treasures that you offer us and to
seek only your kingdom and righteousness.
EN TU PROPIO JARDÍN
MATEO 13:44
“El Reino de Dios es
un tesoro escondido en el campo…”
Mateo 13:44
Hay una
historia antigua acerca de un hombre llamado Ali Facid. Él solo tenía a su
familia y una pequeña granja. Un día un monje le dice: Sabes, hay piedras
muy valiosas llamadas diamantes, y si tú obtienes una de éstas, puedes llegar a
ser un hombre muy rico. Ali Facid pasó la noche pensando en las palabras
del monje. Sintió que tenía que encontrar estas piedras. Vendió su granja, dejó
a su familia con sus vecinos y se fue a buscar esas hectáreas llenas de
diamantes. Pasaron los meses y sintió que estaba quebrado en cuerpo y espíritu.
Sus ahorros ya los había gastado y en la bahía de Barcelona, desesperado se
lanzó al agua. Mientras tanto, el hombre que le compró la granja un día recogió
una pequeña piedra del jardín. Luego el viejo monje regresó a la granja y al
ver que la piedra era un diamante, expresó: Ali Facid ha de haber vuelto de
su búsqueda. El granjero le respondió: No, yo estaba arreglando el
jardín en esta granja que compré y la encontré allí.
Hermanos y hermanas, en
ocasiones malgastamos tiempo en una búsqueda incesante de lo que nos hará feliz
cuando lo tenemos en nuestro propio jardín: nuestra casa, nuestra iglesia.
Oración: Dios nuestro, ayúdanos a
valorar los tesoros que tú nos ofreces y buscar solo tu reino y su justicia.
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