Friday,
September 19
PROPHETS AND PROPHESIES OF THOSE TIMES
JOHN 7:1-9
“For even his own brothers did not believe in him.”
John 7:5
Those of us
who are “combing gray hairs” can remember a quartet whose music was transmitted
every day over a Cuban station. It was
the musical offering of a prophet known to all of us as “little piano keys.”
Thousands
of Cubans listened to him and would set a glass on top of the radio, in order
to obtain the “magnetized water” capable of curing ills. I don’t have the exact
data but he was the Chamber representative to receive the most votes in the
former Province of Havana. His
“magnetized water” served him very well. Others followed after him; Antoñica, who cured
with water, and the healer from Buenaventura… and thus, a long list of
“prophets” in their own country. Prophesying,
above all, means telling the truth, deciphering the signs of the times. We can
be prophets in the world in which we have been called to live. Our responsibility
is to forewarn and denounce evil or to predict good and to announce hope. Are
you committed to be a prophet in today’s world?
If we achieve this, we will be freeing our Church and the world of its
bad deeds.
Prayer: We ask you, Lord, to allow us to be prophets,
even when there is nobody to believe in us.
Amen.
PROFETAS Y PROFETIZAS DE
ESTOS TIEMPOS
JUAN 7:1-9
“Porque ni aun ni sus hermanos creían en él”
Juan 7:5
Aquellos que “peinamos
canas” recordamos esta cuarteta que se transmitía diariamente por una emisora
cubana. Era la portada musical de un profeta que todos conocíamos como
“clavelito”.
No le quitamos el mérito, miles de cubanos lo
escuchaban y ponían un vaso sobre el radio, para obtener el “agua magnetizada”
capaz de curar todos los males. No tengo el dato exacto fue el representante a
la Cámara que más votos obtuvo en la pasada provincia habanera. Para mucho le
sirvió su “agua magnetizada”. Luego siguieron otros; Antoñica que curaba con
agua y el curandero de Buenaventura… y así, una larga lista de “profetas” en su
propia tierra. Profetizar es ante todo decir la verdad, descubrir las señales
de los tiempos. Nosotros podemos ser profetas en el mundo que nos ha tocado
vivir. Nuestra responsabilidad es avizorar y denunciar el mal o predecir el
bien y anunciar la esperanza. ¿Te comprometes a ser un profeta en el mundo de
hoy? Si lo logramos estaremos liberando a nuestra Iglesia y al mundo de las
malas obras.
Oración: Te pedimos, Señor, que nos permitas ser profetas, aun cuando haya quien
no crea en nosotros. Amén.
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